Nuevas pesquisas y el informe psiquiátrico retrasan su excarcelación
14 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El propio juez que instruye la causa del robo del Códice Calixtino, José Antonio Vázquez Taín, había anunciado que el ladrón confeso del libro, Manuel Fernández Castiñeiras, podría salir de prisión este mismo mes, una vez que se concluyesen las últimas diligencias. Ya no será así. Las razones son varias. La más poderosa es que han aparecido nuevas líneas de investigación y que, además, se está retrasando la elaboración del informe psiquiátrico del detenido, condición indispensable para que pueda abandonar la cárcel de Teixeiro, donde está recluido de forma provisional.
También influye en que se posponga la excarcelación del ex electricista de la Catedral de Santiago el que haya cambiado de abogada. Su antigua representante legal, Alicia Mansilla, había basado su línea de defensa en intentar lograr un acuerdo con la Fiscalía y las partes para lograr una pena lo más reducida posible a cambio de admitir su culpabilidad. Según fuentes judiciales, ni Manuel Fernández ni su familia conocían la existencia de esa posibilidad de acuerdo, por lo que ahora no se sabe qué hará la nueva letrada, Carmen Ventoso Blanco, a la que también se le ha encargado la defensa de la esposa del ladrón confeso del Códice y de su hijo, imputados también en la causa por delitos de blanqueo de capitales ambos y contra la intimidad solo la mujer.
El juez Vázquez Taín encargó el informe psiquiátrico de Fernández Castiñeiras tras la última declaración que le tomó, el pasado mes de agosto, en la que el detenido incurrió en nuevas contradicciones al ofrecer su versión de los hechos. En esa ocasión, aseguró que había robado el Códice por encargo del propio deán de la catedral compostelana, José Manuel Díaz, que supuestamente buscaba promocionar el libro, una joya única del siglo XII, el templo y la ciudad. Una versión que fuentes de la investigación calificaron como una «historia» carente de credibilidad.
El retraso del proceso podría también posponer la fecha que se había dado como probable para el juicio, entre finales de diciembre y enero. Aún falta la calificación fiscal, en la que se aclarará definitivamente si se le acusa de robo o de hurto del Calixtino. También si se mantienen las de robo continuado de dinero de la caja fuerte de la catedral y el delito contra la intimidad por las cartas de clérigos y vecinos del edificio donde vivía que se hallaron en su poder.