La policía mantuvo bajo vigilancia la casa de Negreira toda la jornada del martes

emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

CULTURA

05 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una sorpresa mayúscula fue la que se llevaron los contados vecinos de la aldea de San Fins, en la zona negreiresa de Campelo, a apenas cinco kilómetros de la capital municipal, quienes ni sospechaban de los tesoros que guardaba la casa. Carmen, la vecina más próxima a la vivienda unifamiliar de piedra que María Remedios Nieto, mujer del principal sospechoso y también detenida, no se lo podía creer: «Ultimamente viñan menos por aquí, desde que compraron un apartamento en Sanxenxo».

A lo largo del último año, los lugareños no sospecharon lo más mínimo que el matrimonio estuviese siendo investigado por la policía. Sin embargo, el pasado martes, a las nueve y media de la mañana, un agente de paisano en un coche se apostó delante de la vivienda, lo que con el transcurrir de las horas empezó a inquietar a los vecinos. A media tarde, ese agente fue relevado por otro compañero. En ese momento, cuentan, se decidieron a llamar a la Guardia Civil. Cuando aparecieron los agentes, les dijeron que estuviesen tranquilos, «que non pasaba nada».

Sobre las nueve de la noche del martes comenzó el desembarco de vehículos policiales camuflados y agentes judiciales en este pequeño núcleo rural. José Manuel Fernández Castiñeiras; su mujer, Remedios, y su hijo Jesús, eran trasladados en tres coches diferentes hasta su vivienda de Negreira. Tras el registro, los detenidos abandonaron la zona unas dos horas después, según cuentan los testigos, incrédulos ante lo que estaba sucediendo en su aldea, que después fue tomada por equipos de televisión.