El Día Internacional del Jazz pasa desapercibido para la escena gallega

JUAN TORREIRO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

01 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La primera gran iniciativa de Herbie Hancock como embajador de buena voluntad de la Unesco fue fijar el 30 de abril de cada año como Día Internacional del Jazz, con el «objetivo de sensibilizar al público sobre las virtudes del jazz como herramienta educativa y como motor para la paz», justificó Hancock.

Ayer, 30 de abril, se sucedieron en todo el mundo actividades relacionadas con este género musical, como el concierto especial al amanecer en Nueva Orleans, lugar de nacimiento del jazz, o la actuación de Herbie Hancock desde la sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas de Nueva York, que contó con la participación de Wynton Marsalis, Esperanza Spalding y Dianne Reeves, entre otros, y que fue retransmitido en directo vía Internet.

España también se unió, a su manera, a este acontecimiento con diversas celebraciones salpicadas por todo el territorio, algunas en el tono reivindicativo que vive el país, como el concierto en la plaza de España de Madrid, en el que participaron Marcelo Peralta, saxo; Carlos González, batería, y el gallego Baldo Martínez, quien aprovechó para pedir «un verdadero apoyo a esta música», ya que, según el contrabajista y compositor, «la realidad del jazz en España es que cada vez hay menos presencia de músicos españoles en festivales internacionales de jazz en España, además de la escasa inversión que se hace en nuestro jazz».

Repercusión en Galicia

La celebración del Día Internacional del Jazz en Galicia pasó prácticamente desapercibida para la escena gallega. Algún que otro concierto, como el de Álvaro Vilas Quintet en la sala Liceum de O Porriño, pero del resto de iniciativas, nada de nada; ni los responsables de la especialidad de jazz del Conservatorio coruñés, ni los de escuelas y seminarios pusieron en marcha ningún tipo de actividad alrededor del género que enseñan.

Por su parte, Alberto Conde, pianista y profesor del Conservatorio Superior de Música de A Coruña, cree que esta celebración le parece «una nueva y buena estrategia comercial-cultural norteamericana para no perder la tradición musical que los ha hecho universales, además de abrir caminos de creación a músicos europeos». Conde pide también que este día «se respete con rigor».

Como recomendó Julio Cortázar: «Hay que amar el jazz porque es una música que permite todas las imaginaciones».