«Coleccionar arte es una pasión»

mercedes rozas SANTIAGO

CULTURA

La labor del gallego Victorino Rosón ha sido premiada por los Amigos de Arco.

26 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Asociación de Amigos de Arco acaba de conceder al gallego Victorino Rosón el Premio A a su labor como coleccionista privado. Centrada en el arte contemporáneo, la colección se nutre con nombres reconocidos a nivel internacional.

-¿Qué significa para usted este reconocimiento?

-Para mí, coleccionar arte contemporáneo es una pasión que me colma profundamente. No he buscado ninguna recompensa externa y, por tanto, el que los amigos del arte contemporáneo me hayan ofrecido este reconocimiento espontáneo es un honor que agradezco mucho.

-¿Cuándo decide ser coleccionista?

-Yo no decidí ser coleccionista. Sentía una fascinación inmensa por la creatividad plástica provocada, seguramente, porque de niño, en Becerreá, en la casa de mis abuelos pasaban temporadas estivales pintores relevantes de aquella época. Creo que el encontrarte coleccionando es un proceso genuino y no buscado: al final te encuentras que has hecho colección sin pretenderlo.

-¿Cuál fue la primera obra?

-La primera obra que adquirí fue, a principios de los ochenta, un precioso paisaje de Antonio Quesada, en la Galería Trinta en Santiago.

-¿Se asesora a la hora de comprar obra nueva?

-Hasta finales de los noventa fui adquiriendo obras de forma espontánea y desordenada. Después me tomé un período de reflexión y decidí continuar de una forma más ilustrada y reflexiva. El mundo actual es enorme, pero todo está muy cerca; las fronteras siguen existiendo, cada vez más nominalmente, pero en la creatividad han desaparecido. Opté por ir especializando aquel comienzo de colección. Decidí enfocarla hacia el conceptualismo y el minimalismo. También es el momento en que está irrumpiendo con una gran potencia la fotografía, el vídeo, las instalaciones? Todo este proceso lo hago asesorado por quien sabe mucho más que yo, Guillermo Romero Parra.

-¿Qué nombres destacaría?

-Clasificarnos por nuestro origen geográfico ha sido y es una constante, pero sin prescindir de ello, lo que prima en el arte contemporáneo es la creatividad de los artistas y no su origen. Podría dar algunos nombres, como Lawrence Weiner, Robert Barry, Tom Burr, Jonathan Monk, Thomas Scheibitz, Thomas Ruff, Vik Muniz, John Baldessari, Eliasson, Jose Dávila, Carsten Höller, Ignasi Aballi, Chirino, Ernesto Caivanno, Gloria García Lorca, Nathan Carter, Douglas Gordon?

-¿Y gallegos?

-Están aquellos que me han hecho disfrutar más de todo este asunto, Leopoldo Nóvoa, Laxeiro, Colmeiro, Murado, Berta Cáccamo, Freixanes, Cidrás, Ignacio Basallo, Álvaro Negro, Álvaro de la Vega, Acisclo Manzano... Me dejo a alguno, pero no quiero dejar de reivindicar a un grandísimo fotógrafo, Vari Caramés.

-¿Le interesan las generaciones más jóvenes, como la de Diego Santomé?

-Es realmente mi apuesta permanente y la parte excitante y apasionante del coleccionismo: descubrir las tendencias apostando por nuevos valores. Diego Santomé es uno de los más serios artistas del inmediato panorama internacional, uno de los grandes conceptualistas de los próximos años.

-¿Ha pensado alguna vez exponer toda su colección en una muestra?

-Realmente no lo he pensado nunca. Para mí el coleccionismo es una satisfacción privada, lenta, reflexiva y sacrificada, pero al mismo tiempo sentimos la satisfacción cuando es reconocido, no por el gran público, sino por aquellos que sepan apreciarlo.

victorino rosón coleccionista