Llull o Rudy cobran más que toda la plantilla santiaguesa
18 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El Obradoiro visita al líder. La cita está fijada para las 12.30 horas en el Palacio de los Deportes de Madrid y las apuestas dicen que es el partido más desigual de la jornada en la Liga Endesa. La victoria del Real Madrid apenas reportará entre un céntimo y cuatro por cada euro jugado; la del conjunto santiagués, entre doce y quince euros.
Es la diferencia entre un equipo que sitúa su presupuesto en torno a los treinta millones de euros y otro que no llega a tres. El coste de toda la plantilla santiaguesa no llega a los dos millones de euros. Menos de lo que se gasta el conjunto blanco en los salarios de dos de sus principales exponentes, Llull y Rudy Fernández. Cada uno supera con holgura ese umbral de los dos millones.
Los datos estadísticos también son elocuentes: el Real Madrid es el equipo que más anota en la ACB, el que menos balones pierde, el que más asistencias reparte, y el tercero en el ránking de las mejores defensas. En este 2016 que ya declina, ha ganado todos sus duelos como local. Y el de hoy es su último choque del año en casa, por lo que se juega firmar una hoja exenta de derrotas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre. En las dos siguientes jornadas le toca viajar, a Sevilla y a Vitoria.
Los datos tampoco favorecen al Obradoiro en el parte médico. Por vez primera afronta una contienda sin el timonel Mickey McConnell, el jugador con mejores números en el último mes. Pepe Pozas y Fran Cárdenas se repartirán los minutos en la dirección. Y Matulionis viajó sin apenas haber entrenado durante la semana, por unas molestias en un pie. En las filas merengues, en cambio, retorna Llull, recuperado de su dolencia en una rodilla. No estarán los pívots Thompkins ni Randolph.
En cualquier caso, el Real Madrid no es un equipo invencible, como demostró el jueves el Darussafaka en la Euroliga. Los turcos se impusieron, 81-68.
Partido trabado
La única vez que el Obradoiro asaltó la cancha blanca, el colectivo de Laso también se quedó en una baja anotación: 61-64. Por ahí pasan las opciones compostelanas, por un partido trabado. Aunque Moncho Fernández barrunta la dificultad de que el rival «tenga dos partidos seguidos» con el desacierto en el tiro que acusó en Estambul. Sabe que el Real Madrid estará con las uñas afiladas.