Pechacek, el quinto gladiador

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

El pívot checo cierra una configuración distinta del juego interior del Obradoiro

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que Moncho Fernández se hiciese cargo del Obradoiro siempre ha contado con una plantilla de doce fichas. Entre ellas, las de cinco pívots. Y al quinto, en orden de jerarquía, es, por lógica, al que más le ha costado conseguir minutos. En ese rol han encajado Mario Cabanas, Micky Stobart y Chagoyen, todos jugadores que conocían bien el baloncesto español. Pero, como en la fórmula uno, una cosa es la parrilla de salida y otra las posiciones en carrera. Orio Junyent, en su última campaña, empezó como cuarto pívot y, cuando se lesionó, formaba una pareja inigualable con Mike Muscala.

Esta temporada la figura del quinto pívot atrae un perfil muy diferente. En líneas generales, la configuración de la pintura del Obradoiro es distinta. Empezando por ese rol de quinto pívot, que se difumina.

Por vez primera no es para un veterano, sino para el más joven de los cinco, el checo Adam Pechacek, debutante en la ACB. Y el club ve en él una opción de futuro tan interesante que lo ha firmado por cuatro temporadas.

Es un gladiador dispuesto a ganar posiciones desde el primer día, desde que el semáforo de la competición se ponga en verde. Parte con una ventaja, ya que tanto puede conquistar terreno en el cuatro como en el cinco. A esa polivalencia añade otra cualidad destacada por Moncho Fernández: «Es un adicto al trabajo», de los que se quedan tras cada entrenamiento haciendo tarea extra. Y hay otro rasgo que lo emparenta con la genética del Obradoiro, por lo que pudieron comprobar in situ el propio entrenador y el director general del club, José Luis Mateo, en el campamento de verano que organiza Adidas cada año en Treviso: es de los jugadores que no da un balón por perdido, de los que se lanzan a poco que vean una opción de robo o recuperación.

Moncho Fernández, en el acto de presentación del pívot checo, puso el acento en el «futuro esplendoroso» que se le intuye y que aconsejó hacerle un contrato de larga duración. Pero también habló de él como «una realidad que puede aportar» ya al equipo. «Puede desenvolverse como cuatro y como cinco, puede jugar de espaldas al aro y de cara y destaca, sobre todo, por la intensidad. Es un jugador muy duro, muy buen defensor», añadió.

Contento con el inicio

Pechacek se declaró muy feliz de poder jugar en una liga del nivel de la ACB, y con ganas de demostrar a otros jóvenes de su país que es posible hacerse un hueco en esta competición.

En el tiempo que lleva en Santiago, ha podido percibir una mejor organización que en Polonia, donde jugó el primer semestre de este año. Recuerda que allí había menos medios y que a veces los clubes no cumplían sus compromisos de pago.

Preguntado sobre sus características, comentó que no le gustaba hablar acerca de sí mismo. No obstante, apuntó: «Puedo jugar dentro o fuera».

De lo que tiene ganas es de vivir en primera persona la «extraordinaria atmosfera» de baloncesto que transpira Sar, a tenor de lo que ha podido ver a través de Internet.

Por todo lo dicho, podría penarse en un cierto paralelismo entre Pechacek y Caloiaro. Moncho Fernández, sin embargo, lo restringe «al espíritu de trabajo. Técnicamente son distintos. Uno es un cuatro muy cuatro y el otro un cuatro y medio».