El Obradoiro gana al 8, 18, 70

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Las victorias del colectivo santiagués se mueven en el entorno de los ocho triples y dieciocho dobles anotados, y los setenta puntos encajados

19 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Obradoiro empezó la temporada con seis victorias en las primeras ocho jornadas. De las siguientes veinte contiendas solo consiguió ganar dos. De las últimas cinco se ha llevado tres. Y al analizar los números de esos tres tramos aparecen tres guarismos que dibujan la frontera entre el triunfo y la derrota: 8, 18 y 70.

Los dos primeros los anticipaba Fran Camba en el análisis previo al partido ante el Joventut. Hasta ese momento, cuando el colectivo de Moncho Fernández había conseguido anotar al menos ocho triples y dieciocho canastas dobles, solo en dos ocasiones se le escapó el partido: ante el Fuenlabrada, con prórroga, y frente al Valencia. Y en dos de las tres victorias que firmó con posterioridad a ese encuentro, en dos se cumple la regla. La excepción remite al encuentro ante el Bilbao, con once triples y doce dobles, en otro duelo con prórroga.

Y las veces que el equipo estuvo a un paso o dos del 8-18 perdió por una diferencia de cinco puntos o menos.

Lo cierto es que el Obradoiro confeccionó esta campaña un plantel con más puntos en la mano que en anteriores cursos, pero con menos solidez defensiva. Y, aun así, una vez más ha encontrado su esencia en los duelos que se mueven en el umbral de los setenta puntos encajados o menos. En cinco de los diez choques ganados, los rivales se quedaron por debajo de los 70 puntos. El Estudiantes en Sar y el Andorra en su feudo se movieron cerca de ese listón: 71 y 74, respectivamente. El Joventut hizo 79. Y los dos rivales que perdieron pese a hacer más de 80, ambos en el Multiusos, fueron el Andorra (103) y el Bilbao (89), en dos jornadas que necesitaron prórroga para el desenlace. El momento más delicado para el Obradoiro se sitúa entre las jornadas 21, en Sevilla, y la 26, cuando el Gran Canaria visitó Sar. Hasta ese momento se le habían escapado partidos por muy poco. Pero en esas seis jornadas ganó con autoridad en Manresa y no tuvo opciones en los otros cinco duelos, en los que cedió claramente en la batalla del rebote.

Ese frente se corrigió con la llegada de Maric y Kolesnikov, salvo en la derrota de Tenerife. Y ha sido una de las claves del resurgir del Obra en la recta final de temporada.