Sar se apresta a vivir una jornada que mezcla tensión y melancolía

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

M. G. Reigosa

El Obradoiro y el Bilbao necesitan la victoria en el que será el último partido del base Raúl López en el Multiusos y el del reestreno de Kostas Vasileiadis

07 may 2016 . Actualizado a las 19:17 h.

El Multiusos de Sar acoge esta tarde a las 20 horas un partido que llega envuelto en una miscelánea de sensaciones. Habrá pasión y tensión sobre la pista, porque el Obradoiro necesita el triunfo para coger oxígeno en la lucha por la permanencia y el Bilbao para afianzarse en puestos de play off. Y habrá un punto de melancolía, porque se está despidiendo uno de los mejores bases del baloncesto española, Raúl López.

Sito Alonso quiso tocar el orgullo de sus jugadores antes de emprender viaje a Santiago: «Si no estamos con rabia focalizada en lo que hay que hacer, habrá pocas opciones, y si lo hacemos, serán ellos los que tengan pocas opciones».

 

El Miudiño en Miribilla

Y quizás a sabiendas de la atmósfera que se respira en Sar, que elevará los decibelios esta tarde por la trascendencia de la cita para el Obradoiro, ha hecho que sonase el Miudiño en los entrenamientos de la semana en Miribilla, para que sus discípulos se familiarizasen con el ambiente que encontrarán en la pista.

El partido tendrá dos nombres propios por encima de los demás. En las filas locales, Vasileiadis, que vuelve a vestir la camiseta del Obra después de seis años y se estrena ante uno de sus exequipos. En las visitantes, Raúl López, un base que es puro talento, al que las lesiones de rodilla impidieron que hiciese carrera en la NBA. El colectivo de Moncho Fernández lo ha sufrido en más de una ocasión, y el de hoy será su último partido en Sar.

Vasileiadis entra por vez primera en una convocatoria de la que se cae Artem Pustovyi. Waczynski, que ya trabaja con el grupo, todavía deberá esperar para su regreso.

En el Obradoiro, Fran Camba recordaba hace unos días la ecuación del éxito. Cuando consigue al menos ocho triples y dieciocho tiros de dos, o gana o está muy cerca. Ante el Murcia recuperó esos números: ocho y veintidós. Y volvió a ganar.

En su análisis del Bilbao le salen dos nombres propios con mucha presencia en los triunfos vizcaínos. Uno es el base Hannah, más irregular. El otro es más bien un reloj, y pieza maestra en el engranaje de Sito Alonso: Álex Mumbrú. Está ya en todas las clasificaciones de estadísticas históricas de la ACB, y sigue sumando: cuarto en triples (771), décimo en número de partidos (607), y undécimo en minutos jugados (15.106) y puntos (6.636).

En todo caso, al Obra le espera un rival que ha ido cambiando, sobre todo tras repescar a Todorovic. Alonso lo está utilizando más como un cuatro, a menudo formando tándem con Begic. Antes del regreso del balcánico, el Bilbao dependía mucho más de sus triplistas y buscaba bastante menos los puntos interiores.