Regreso al futuro

Miguel Gómez EL ESCÁNER

SANTIAGO

06 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Llovía tanto que esperamos unos minutos en el DeLorean. ¡No toques ese botón! -grité a mi hijo- , pero ya era demasiado tarde: Javier Lorenzo intentaba desde el banquillo que Ricardo Aldrey leyese la zona que oponía «otro Obradoiro» más joven y que, todavía más extraño, entrenaba el mismísimo Germán Gabriel (que no sé qué pintaba en Sar, dicho sea de paso). «La que has liado, hijo. No te muevas de aquí que voy al coche a ver si podemos volver al presente». Regresé al pabellón con el tiempo justo de ver el balón al aire (ni Miudiño ni Miudiña) y comprender que me había pasado de año.

Me gustó McGrath, un base fuerte, grande y rápido. De su capacidad para saber minimizar daños cuando, como buen equipo joven, entremos en barrena, dependerá mucho el rendimiento de esta plantilla. Me encantaron Bendzius y Caloiaro, jugadores capaces de rebotear en defensa, de llegar los primeros al contraataque y que, además, tienen buena mano. Al equipo le gusta correr, aunque, en ACB, dominar el rebote defensivo no será tan sencillo como el pasado domingo. Haws dejó ver tantas posibilidades en ataque (necesita encontrar su timing y su espacio) como dificultades con su «juego de pies» en defensa, aunque eso es algo que se corrige a base de horas de entrenamiento. Con él, Adam y Yusta (increíble la facilidad que tiene para generar ventaja en su primer paso) el Obra será una permanente amenaza tanto desde la línea de tres puntos como con penetraciones (que suelen valer un puntito menos pero una faltita más). Pustovyi cumplió en su papel de «barredor» del aro (habrá que verlo contra rivales de más kilos y centímetros), aunque necesite muchas horas con Víctor para hacer crecer su relevancia.

Salimos del pabellón con muchas ganas de ver competir a este Obradoiro y a Alec Brown ya incorporado. El DeLorean iba a tener que esperar alguna semana más antes de llevárselo a Doc para que lo reajuste.