La Grange

Miguel Gómez EL ESCÁNER

SANTIAGO

23 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

H ace años, cuando llegaban las vacaciones, mi cabeza solo albergaba dos ideas: ligar con alguna turista (resultaría imposible porque, lo que Dios no da, el Apóstol no presta) y componer la canción del verano. Tras muchas horas de ensayos, se presentó «Estar solo me toca los...» en formato dúo, con gran aceptación de público en prestigiosos festivales como el del piso de Rodolfo. No llegó a número uno porque Raúl López fichó a Chete de director deportivo, frenando nuestro imparable ascenso al cadalso... digo, a la fama. Con Chete fuera del Obra, Mateo y Moncho siguen reinventando el equipo cada año.

Ya me parece estar viendo a Haws atacar a su par mientras McGrath busca ventaja cerca del aro, Waczynski intenta salir liberado del bloqueo de Triguero, y Brown o Caloiaro rompen las ayudas jugando abiertos. Puedo ver a Pozas con un año más de experiencia, a Cárdenas cambiando el ritmo del partido, a Bendzius echando una mano para todo, a Pustovyi y Yusta creciendo con el equipo, a Chagoyen ejerciendo de jefe... Tal vez tengamos dificultades en el cuerpo a cuerpo, pero veo un equipo ágil y alto que negará muchas líneas de pase.

Puedo ver a Chete al frente de Mary and the Bass Dancers versionando a los ZZ Top: «Corre un rumor en la ACB sobre aquel equipo de las afueras, ya sabes a cuál me refiero. Si quieres ir al pabellón dímelo, hay un montón de jugadores interesantes. A hmm, hmm, hmm. Comprobarás como juegan muy bien, si tienes tiempo y los diez pavos que cuesta la entrada, y verás el pabellón hasta la bandera, aunque a lo mejor me equivoco. A hmm, hmm, hmm».

Si parece que ya estoy escuchando a los entrenadores rivales haciendo coros: «Have mercy, a Haws, Haws, Haws».