El Obradoiro amarra la undécima

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO | LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Álvaro Ballesteros

Doblegó al Zaragoza en un partido vibrante que no se decidió hasta el final

04 mar 2013 . Actualizado a las 13:16 h.

El Obradoiro Blusens Monbus sumó la undécima victoria del curso en un partido vibrante, peleado por los dos contendientes hasta la última gota de sudor, festejado por la afición con el sabor y el convencimiento de haber asistido a otra gesta. No se decidió hasta el minuto final y dejó claro que con no muchos puntos el baloncesto puede ser entretenido, de altos vuelos y enormes emociones. No es un triunfo que asegure matemáticamente la permanencia, pero alimenta el sueño de una temporada realmente sobresaliente.

El partido comenzó con mala pinta para el colectivo de Moncho Fernández y no por deméritos propios sino por el extraordinario acierto de un Zaragoza paciente y letal en la larga distancia. Cinco triples sin fallo en el primer cuarto fueron demoledores, pero el Obra supo aguantar apretando los dientes, sin perder la compostura. Hizo frente a un peligroso 9-16 con un parcial 13-3 que le permitió cerrar el primer acto con ventaja, 22-19, con festival de Mejri en las dos últimas canastas. La primera, de esas en las que solo cabe decir: «Te aplaudo o te regaño», porque se jugó un lanzamiento de cinco metros con mejores opciones; la segunda, un rebote ofensivo y canasta contra tablero, casi sobre la bocina.

En el segundo cuarto los árbitros se erigieron en protagonistas. Después de consentir mucho en los dos lados, cambiaron de golpe el criterio y repartieron errores inexplicables. Soliviantaron a la grada, no a los jugadores, que nunca se fueron del partido. Los maños endurecieron su defensa y solo dejaron que el Obra anotase dos tiros libres en los primeros siete minutos. Los locales no dejaron exprimirse en la retaguardia. Y así, en un escenario muy áspero, se llegó al descanso con todo por decidir: 30-31.

De vuelta de los vestuarios el partido siguió por los cauces del inicio, con Mejri imponiendo jerarquía en los aros y Dewar oxigenando, y con el Zaragoza paciente, moviendo con mucho criterio el balón hasta encontrar buenas posiciones de tiro, dentro o fuera. Un triple inverosímil de Rafa Luz sobre la bocina, que obligó a los árbitros a consultar el vídeo, cerró el electrónico con un 51-48.

Quedaban diez minutos apasionantes, que no defraudaron a nadie. En el día en el que reapareció Andrés Rodríguez, con una participación casi testimonial, Rafa Luz firmó su mejor expediente. Con algún pequeño borrón, pero con un corazón inmenso. Anuló a Llompart, dirigió y anotó. Fue la bandera de un equipo en el que nadie se escondió, y que acabó encomendándose al acierto de Hummel.

Un triple de Dewar puso la máxima ventaja local, 59-53. El Zaragoza respondió con un empate a 62 a falta de 2:34. Y a partir de ahí, decidió la defensa sin olvidar la sangre fría en ataque. El parcial fue de 10-2. Y nadie respiró hasta falta de diez segundos.

Con algo más de medio minuto por jugar, y 66-62, Rafa Luz forzó un robo de balón prodigioso. Pero después regaló un pase y Roll anotó a 38 segundos desde los tiros libres. Hummel, que a veces se precipitó, anotó los seis últimos puntos y, una vez más, llevó el delirio a la grada en una extraordinaria matinal de baloncesto.

Ficha técnica

72 - Obradoiro (22+8+21+21): Freire (10), Pumprla (6), Dewar (12), Kendall (10), Mejri (10) -cinco inicial-, Hummel (15), Rodríguez (-), García (-), Junyent (4), Corbacho (5) y Buford (-).

64 - CAI Zaragoza (19+12+17+16): Llompart (5), Van Rosson (7), Roll (20), Aguilar (14), Fontet (-) -cinco inicial-, Jones (6), Rudez (5), Norel (7) y Toppert (-).

Árbitros: Redondo, Araña y Fernández. Eliminaron por acumulación de cinco faltas personales a Ben Dewar y Levon Kendall por el Blusens Monbus.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la fase regular de la ACB disputado en el Fontes do Sar ante 5.117 espectadores.