El Obradoiro sueña y sigue

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Viaja a Badalona con el reto de la Copa en el marco del día a día

12 ene 2013 . Actualizado a las 12:46 h.

Mañana, hacia las 14.30, al Obradoiro Blusens Monbus y su afición se le presentarán dos escenarios: el del festejo de una histórica clasificación para la Copa del Rey o el de la miel en los labios por una primera vuelta brillante a la que le faltó la guinda de la décima victoria o bien una carambola de resultados que hubiese situado al colectivo de Moncho Fernández entre los ocho mejores. Badalona marcará la frontera entre la matrícula de honor y el sobresaliente, en cualquier caso, notas dulces.

Tanto los jugadores como el cuadro técnico no son ajenos a la expectación que está levantando el partido, por lo que puede significar, y no rehúyen el debate. Pero tampoco lo magnifican, ni lo minimizan. Simplemente, lo inscriben en el contexto de un encuentro más, preparado como cualquier otro de los dieciséis disputados hasta la fecha. El objetivo es siempre la victoria. Y, si la consiguen, será un triunfo con premio, el de codearse con la élite de la ACB en el torneo más vistoso de la temporada.

Convivir con la presión

Así se desprende de la reflexión de Moncho Fernández: «La presión forma parte de la vida de un deportista. Lo que tenemos que hacer es centrarnos en lo que depende de nosotros. Es la mejor receta. Y lo que depende de nosotros, al final, son la defensa, los bloqueos, el tiro... Creo que esta semana, más que nunca para el entrenador, es la más sencilla posible, porque solo tengo que hablar de baloncesto, no tengo que hablar de ningún tipo de motivación externa».

El Alquimista de Pontepedriña sabe que el Obradoiro necesita rayar a un muy buen nivel para poder ganar en Badalona. Subraya que el Joventut dispone de un perímetro que siempre es una amenaza, y de «cuatros» que son capaces de llevar el balón de costa a costa. Es un equipo que, si puede, juega pisando el acelerador. Por eso concede especial importancia a la defensa de los primeros segundos de cada posesión.

En lo que ha insistido es en mantener el nivel competitivo, en advertir de que los partidos duran cuarenta minutos, que ni están resueltos con un buen arranque ni perdidos con un comienzo flojo. Y anticipa que el Joventut está ofreciendo su mejor versión en casa. Allí solo ganó el Barça, con una actuación soberbia, y el Valladolid, sin bajas y tras forzar una prórroga impensable a falta de noventa segundos.

De lo que tiene ganas es de que llegue el salto inicial, de que el todo el protagonismo se concentre en la pista.

Pase lo que pase el domingo, Moncho Fernández se confesó feliz con todo el ambiente que envuelve la contienda y la ilusión que está generando en la afición: «Si la gente no se emociona, no disfruta, no me dice que pida tiempo muerto y esas cosas, ¿para qué estamos aquí? La gente tiene que hacer lo que entienda, y lo que le diga su corazón. Esto lo vives y lo sientes. Está habiendo actividades en la ciudad, va a viajar gente... Es una pasada. Lo que queremos es estar a la altura de esos deseos. Pero nosotros tenemos que estar muy tranquilos, calmados».