Delafé: «Cada nuevo disco es como tirarse al vacío»

CARLOS PEREIRO

FUGAS

Un repaso al pasado, al presente y al futuro inmediato

26 may 2017 . Actualizado a las 09:47 h.

Delafé, ahora sin las Flores Azules, vuelve a la comunidad gallega con el sentimiento lógico de la supervivencia tras la marcha de una de sus mitades, Helena Miguel. Óscar D'Aniello, lidera ahora la agrupación en solitario.

-Hace más de una década, en A Coruña, la intensidad de un concierto en la Mardi Gras hizo que Helena acabara afónica y tuvieran que posponer el resto de fechas restantes. Su banda siempre tuvo una conexión gallega muy fuerte.

-Es la comunidad en la que más hemos tocado. Esto no es por peloteo [ríe] pero es donde más nos gusta actuar. Es como un lugar alejado del mainstream… Es barato, se come bien, el agua está fría y las playas no están saturadas. La gente se desvive por ti y es supergenerosa. Es un sitio muy especial para Delafé.

-Poco antes de publicar su último disco; comentó que se sentía un poco al borde del abismo. ¿Lo ha cruzado ya?

-Hay una frase del disco que dice «vivo al borde de mí mismo» quizás quería ir por ahí cuando hice ese comentario. Siempre vivo en un borde. Cuando hay que hacer un disco siento cierto vértigo. En otras profesiones uno tira de oficio; pero en la música cada disco es como tirarse al vacío. Los siguientes años de tu vida dependerás de lo grabado.

-¿No ha sido siempre el rap un poco sectario en España? Usted lo quiso mezclar con el pop, y eso no es habitual, al menos no por aquí.

-El rap en los 90 es como el heavy en los 80… La gente quiere un sonido concreto, el público es muy militante y hay unas reglas muy marcadas. Yo descubrí el soul a partir del rap. Delafé siempre ha estado en tierra de nadie, quizás por eso nos hicimos un hueco en el indie. Encajamos ahí aunque no teníamos demasiado que ver. Escribo sobre lo cotidiano, y eso entra en el pop; lo que ocurre es que uso muchas más palabras de lo normal. No canto, recito. ¿No hemos conectado con la escena rapera? Bueno, quizás es que no les guste; pero sorprende al ver como en otras partes del globo el género es más abierto.

-La fuerza irresistible demostró ser un disco con mensaje.

-No creo que vuelva a hacer un disco tan oscuro como ese. Y eso que esas canciones más opacas son mis favoritas. Es un disco que mira a la esperanza desde la oscuridad. Ahora estoy preparando el siguiente de una manera que nunca he hecho.

-¿A qué se refiere?

-Haré una canción, iré al estudio y la grabaré. De los diez discos que he hecho en mi vida siempre ha sido: irme con todas las canciones, grabarlas en una semana y ahí se decidía todo. Quiero trabajar poco a poco. Sé que el próximo disco será importante, tendré cuarenta años, y tiene que molar mucho.

-¿Y cómo defiende el directo en esta nueva etapa?

-Estamos haciendo algo genial. Somos solo dos y recreamos un soundsystem. La música no para durante el bolo y entre tema y tema, o durante, van sonando canciones de David Bowie o los Doors que nos han marcad. Algo muy chulo. Es cansado, pero el resultado queda cuadrado, y el público, encantado. Es una revisión a todo lo hecho.