Hay vidilla después de AC/DC

TEXTO: SERXIO GONZÁLEZ

FUGAS

cedida

El ex batería del grupo australiano, Phil Rudd, vendrá a Galicia en junio

19 may 2017 . Actualizado a las 06:05 h.

Dicen de nuestro hombre que es un tipo duro. Desde luego, lo parece. Y su biografía, lejos de desmentirlo, alimenta esta primera impresión, que al fin y al cabo es la que cuenta. Phil Rudd, uno de los baterías que con su estilo sobrio y contundente más ha contribuido ha levantar el muro rítmico del hard rock, llega a Compostela tras superar algunos momentos verdaderamente complicados. El australiano fue acusado por uno de sus antiguos guardaespaldas de haber contratado a una partida de sicarios para sacarlo de en medio. El juez no halló pruebas para condenarlo por ello, pero sí motivos suficientes para echar sobre él ocho meses de confinamiento domiciliario por amenazas de muerte y tenencia de marihuana y metaanfetaminas en cantidades generosas. Para rizar el rizo, todo aquello coincidió con su abandono de AC/DC, la banda cuya leyenda forjó a base de golpes de bombo y baquetas.

Entre 1975 y 1983, la alianza de Rudd con Malcolm Young, el cerebro en la sombra de AC/DC, sirvió algunos de los mejores ejercicios de potencia sónica que nunca se hayan escuchado. Ni en el estudio ni sobre los escenarios. Cada riff del mayor de los Young encontraba en el batería de Melbourne el golpe perfecto. El pegamento que Cliff Williams proporcionaba al bajo terminó de definir un estilo impecable sobre el que la guitarra de Angus Young y las voces de Bon Scott, primero, y de Brian Johnson, a continuación, construyeron su espectáculo.

Probablemente fue Rudd quien peor encajó la muerte de Scott, a raíz de una de sus legendarias borracheras. Entre eso y sus encontronazos con Malcolm, su salida de la banda se veía venir. Antes tuvo tiempo de firmar dos joyas, Highway To Hell y Back In Black, grabadas al ritmo que marcaba el bueno de Phil. Regresó en 1994 para romper de nuevo diez años después. El hombre asegura que le bastarían cinco minutos con Angus, el jefe, para retornar al grupo de su vida. Quién sabe. Tras la marcha de Malcolm, Johnson y Williams, AC/DC se asemeja a un camión que se va dejando piezas por el camino con cada cambio de marcha.

El batería, mientras tanto, se lo monta en solitario con el primer disco de su propio proyecto: Head Job. Rudd compone, produce, escribe las letras e incluso se atreve a meter voces de vez en cuando, con una garganta cazallosa cuyo áspero registro recuerda al mismísimo Lemmy. Rock duro del clásico servido por un tipo duro. Phil jamás defrauda.