Del hospital a la sesión vermú

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Lleva desde los 14 años sobre los escenarios y ahora actúa con el brazo en cabestrillo tras ser agredida en Muxía

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Él vino en un barco, de nombre extranjero. / Lo encontré en el puerto un anochecer, / cuando el blanco faro sobre los veleros / su beso de plata dejaba caer». La copla podría cantarla Kris Somad, vocalista de la orquesta Ciudad Cristal, y no sería por el amor perdido de la canción sino por su padre: «Yo nací en A Coruña, pero mi padre es de Indonesia, de ahí mi apellido. Mi madre es gallega». Lo cuenta con cuatro puntos de sutura en la barbilla y su brazo izquierdo en cabestrillo; son las consecuencias de que una espectadora la tirara del palco en las fiestas de Muxía. «Mi padre llegó aquí porque trabajaba en un barco. Durante esos días que están en puerto, en A Coruña, conoció a mi madre... Y lleva 35 años aquí», relataba en Vilaboa (Culleredo), donde vive.

La orquesta Ciudad Cristal actuó ayer en Viveiro y esta noche lo hará en Poio (Pontevedra). Y lo hace con su cantante Kris Somad, y su brazo en cabestrillo, sobre el escenario: «Voy a seguir trabajando para acabar las actuaciones que quedan. No quiero que mis compañeros tengan que salir de la rutina». 

Menos cambios de ropa

Lo sorprendente es que eso lo hizo desde el primer momento; tras ser agredida en Muxía, en la madrugada del pasado día 10, tuvo que ser ingresada en el hospital de Cee. Pero ese día tenían sesión vermú, y verbena, en Brates (Boimorto). «Salí del hospital para la sesión vermú», evoca. La fueron a ver sus padres y «mis compañeros estaban muy pendientes de mí». Todo salió bien y así sigue con algún inconveniente: «Me cambio de ropa cinco veces en cada actuación, pero ahora solo lo hago una o dos».

De todos modos, «nunca me había pasado esto de Muxía y estos días la gente es una pasada, se preocupa muchísimo, me siguen dando ánimos y preguntando cómo me voy recuperando». Muchos son compañeros de orquestas, «les pudo haber pasado a cualquiera de ellos en cualquier otra fiesta». Por ello «debería haber más seguridad, nosotros vamos a trabajar y no tenemos que ir con miedo, ni con peligro, ni que tenga que pasar nada».

Sobre sus inicios evoca Kris: «Empecé a cantar en un dúo y de ahí me llamaron de la Orquesta Trole, donde estuve 8 veranos. El año pasado, por cambiar de ambiente, hablé con Ciudad Cristal, me quedé aquí y estoy muy contenta. Tenía 14 años cuando empecé a ganar mi propio sueldo, pero a cantar mucho antes». Lo hacía en casa con su hermano y ahora «muchas canciones me recuerdan cuando las cantaba con él». Y es que su hermano falleció hace siete años: «Tenía 26, fue de muerte súbita; era policía nacional, estaba vigilando a un preso y cayó desplomado».

Kris, que tiene 24 años, recuerda la enorme unión con su hermano: «Inventamos el día de los hermanos, porque había el día del padre, el de la madre y faltaba ese...». Lo celebraban tal día como ayer, el 17 de septiembre.

Tras dedicarse solo a la música, «seguí estudiando hasta el bachiller y ahí paré». Además, «no he ido nunca a clases de nada. Empecé a cantar y ya está». Y aunque canta de todo -«cumbias, merengues, pasodobles, rancheras todo ese tipo música de orquesta no tengo problema con ninguna»- confiesa que no le gusta «la música pachanguera. Soy rockera...» y menciona entre sus preferidos a Rulo y la Contrabanda, un formación de Reinosa.

Autodidacta en todo, evoca el primer año en la orquesta Trole, con 15 años: «Subía al escenario, con bastante gente delante, y estaba muy cortada. Cantaba mi canción, si acaso decía gracias y para atrás. Ahora presento la orquesta, me meto con el público, incluso bajo a bailar o a cantar. Vas aprendiendo con los años».

Ciudad Cristal también tuvo su momento duro, evoca su cantante: «Había una orquesta de Vigo que se llamaba Mundo Noche, sufrieron un accidente y no podían acabar las actuaciones que tenían programadas para ese año. El que sigue siendo mi jefe, Lito García, armó otra agrupación con músicos conocidos para cubrir las fechas que estaban contratadas. Fue en el año 1988. Y sigue ahí al pie del cañón. Te tiene que gustar sino no sigues», concluye Kris Somad.