Noia saltó al ritmo de Los Secretos en una plaza que se desbordó

Ana Moas / A.G. NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Una pantalla gigante ayudó a que buena parte de los asistentes lograsen ver lo que ocurría en el escenario

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía no era medianoche y hacía escasos minutos que había comenzado el esperado concierto de Los Secretos. Centenares de personas se entregaban al son de las reconocidas melodías de la banda madrileña, entre un continuo flujo de gente que no paraba de llegar. Así fue como, poco a poco, la plaza de O Tapal que lucía impresionante bajo los focos, acabó por desbordarse hacia unas calles de acceso también saturadas. Quedaba claro que nadie se quería perder semejante cita de entrada libre.

Al lado del escenario, una pantalla gigante se erigía en lo alto y permitía a los asistentes no perder detalle de lo que estaba ocurriendo bajo los focos y que apenas era perceptible desde el fondo del recinto. Un público rendido a los pies de estos famosos intérpretes, que recordaban muchos de sus grandes éxitos. Sin duda alguna, temazos que hicieron saltar a la villa durante más de una hora.

Decenas de pantallas de móviles brillaban en la oscuridad cada vez que Álvaro Urquijo empezaba a cantar, guitarra en mano y acompañado por sus intocables. Brazos alzados al aire que bailaban de un lado a otro, palmas que no querían perder el ritmo y un sinfín de emociones se respiraban en un ambiente propiciado por todo un cóctel de estilos musicales, que oscilaban entre el pop-rock.

Una noche gloriosa

Y llegó el turno de Pero a tu lado, de Agárrate a mí María o Déjame y los allí presentes se dejaron la voz. Un concierto que habló de nostalgia y tristeza, de alegría y amor, también de frustración y rabia, bajo el sello de sus inolvidables letras.

Algún recuerdo que otro, los referentes a sus comienzos. Adolescentes que cambiaron su papel habitual por el de promesas musicales, que volaron antes que el resto y que marcaron una época, la de los 80.

Lo que está claro es que, después de más de tres décadas Los Secretos lograron revivir, esta vez en Noia, una movida de la que fueron grupo pionero. Una noche que supo a gloria y se rodeo de ella.

El que prometía ser el plato fuerte de los festejos noieses, no defraudó en absoluto a los espectadores, fieles admiradores que no dejaron de bailar durante todo ese tiempo, bajo los esperados acordes de la banda. Una tercera jornada que consiguió dejar el listón muy alto y sobrepasar cualquier expectativa.