La carrera musical de Kesha, paralizada por un caso de abusos sexuales

AFP / La Voz

CULTURA

L.E. BASKOW | REUTERS

Las redes claman libertad para la artista norteamericana, que hace un año denunció por acoso a su productor. La causa, aún en aire, le impide sacar disco con otras firmas

22 sep 2015 . Actualizado a las 18:33 h.

El año pasado, la cantante estadounidense Kesha denunció a su productor por presuntos abusos sexuales, físicos y verbales. Aseguraba que, además, la había acosado reiteradamente durante los últimos diez años. La artista acusaba a su productor Dr. Luke, cuyo verdadero nombre es Lukasz Sebastián Gottwald, de «forzarla a tomar drogas y alcohol para aprovecharse de ella sexualmente mientras estaba drogada». Detalló, incluso, que en una ocasión se despertó «desnuda» en su cama, «sin capacidad para recordar cómo había llegado hasta allí», después de que él la obligara a tomar unas pastillas. En otra ocasión, relató, Dr. Luke la forzó a drogarse antes de subir a un avión.

Kesha, de 28 años, que se dio a conocer con el hit Tik Tok, reconoció que las agresiones a las que estaba sometida le provocaron bulimia nerviosa y que en enero del 2014 tuvo que ser ingresada dos meses en un centro de rehabilitación después de que los médicos le advirtiesen de que su vida «corría peligro». Confesó que su productor la había aislado de su familia y amigos cuando se trasladó a vivir a Los Ángeles y que la amenazó repetidamente con «destruir» su carrera si contaba «estos incidentes».

«El objetivo de esta denuncia es que Kesha retome el control de su carrera musical y su libertad personal tras 10 años siendo víctima de abusos mentales, manipulación y abusos sexuales por parte de Dr. Luke», manifestaba el abogado de la cantante, Mark Geragos, el pasado octubre. La norteamericana, cuyo verdadero nombre es Kesha Rose Sebert, reclama una indemnización económica por daños y el fin de cualquier vinculación laboral con él para poder firmar nuevos contratos con otros agentes y sellos discográficos. Un año más tarde, Kesha, ya recuperada físicamente, está más dispuesta que nunca a continuar su batalla contra su antiguo productor, que todavía tiene el control sobre su carrera musical.

La causa, aún en el aire

El juez pronto tendrá que tomar una decisión. De ella depende el futuro profesional de la artista, que actualmente se encuentra en un callejón sin salida. Kesha no puede trabajar con otros productores o discográficas para lanzar nuevos trabajos al mercado. Sus manos están atadas. Todos sus derechos son propiedad de Dr. Luke.

El acusado, que también ha trabajado con Kate Perry, Rihanna y Shakira, no se ha quedado callado. Defiende su inocencia y asegura que sus acusaciones son un montaje para romper su contrato. «Kesha y su madre Pebe han usado estas difamaciones con el objetivo de liberar a Kesha de su contrato exclusivo», apunta la denuncia del productor, que añade que ambas han reconocido que estas acusaciones «son falsas». Dr. Luke reivindica que él fue quien descubrió a la cantante y que esta firmó en el 2013 un acuerdo con la empresa de representación Vector, que la instó a incumplir su contrato. El músico, que ha denunciado a Kesha por calumnias, también pide una indemnización económica y el pago de las costas procesales.

Los seguidores de Kesha, por su parte, han hecho suya la causa de la artista y este martes han volcado todo su apoyo en las redes sociales bajo el hashtag #FreedomForKesha.