«¿Qué escucho más allá de mi profesión?, escucho a los pájaros»

HÉCTOR J. PORTO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

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El gran intérprete serbio actúa hoy en Lugo y mañana en A Coruña

29 may 2015 . Actualizado a las 17:29 h.

La leyenda persigue al pianista serbio Ivo Pogorelich (Belgrado, 1958). Siendo apenas un niño mostró unas dotes inusuales para la música, y se trasladó a Moscú para proseguir su formación. Acabó casándose con su maestra Alizia Kezeradze, a la que conoció con solo 16 años [ella contaba 37] y de la que decía que tocaba como nadie que hubiese conocido (aunque no ofrecía conciertos). El joven Pogorelich asombró al mundo en la década de los ochenta, y se prodigó en rutilantes grabaciones, pero después tuvo épocas en que se disolvió. Su carrera regresó poco a poco a un espacio más templado, aunque se mantiene en una posición distante del público y del ruido mundano. Acepta realizar esta entrevista mediante un cuestionario y responde adusto, con cierta parquedad. Lo justo. Desestima hablar de otros pianistas, de la vieja escuela rusa y de la nueva ola que viene de China, con el espectacular Lang Lang a la cabeza. Tampoco opina sobre Glenn Gould, un genio libérrimo con el que, por su arte excéntrico y esquivo, a veces se le vincula (sus personales lecturas fueron muy criticadas, como Pogorelich). Esta tarde actúa en Lugo en el Círculo das Artes (20.30 horas), en el marco de la 43.ª Semana de Música do Corpus, y mañana en A Coruña (Teatro Colón, 20.30), en el ciclo Grandes Intérpretes.

-¿Qué hallará el público en los recitales de Lugo y A Coruña?

-El público hallará dos fantasías, una de Liszt y otra de Schumann (la sonata de Liszt fue escrita como fantasía). Y en la segunda parte, dos ciclos revolucionarios en términos pianísticos.

-Sus personales interpretaciones a veces son discutidas. ¿El músico debe seguir su puro instinto o solo estudiar la partitura? ¿Dónde debe hallar el intérprete el «tempo» de una obra?

-Viene de la obra misma. La distinción del intérprete está en la habilidad y capacidad de leer, ahí está el origen de dicha distinción.

-Hay quien le ha acusado de caprichoso en sus lecturas. ¿Cómo afronta la preparación de una pieza?

-Quienes me acusan de caprichoso están o jubilados o demasiado cansados para atender en los conciertos. Y eso corresponde al ciclo biológico. Estoy musicalmente educado, y de ahí proviene la legitimidad de mi trabajo.

-Usted ha sido un niño prodigio, ¿cómo ve a aquel adolescente de entonces?

-Nunca ha habido un niño prodigio. Tuve que luchar mucho para lograr cualquier cosa durante mis estudios.

-¿Cómo es el Ivo Pogorelich de hoy? ¿Es un hombre solitario, que prefiere estar al margen del mundo y sus ruidos cotidianos?

-Aunque quisiera distanciarme, mi profesión lo impide.

-Son muchos años sobre las tablas, ¿dónde halla la motivación para seguir con ensayos y giras? ¿Le concede valor al éxito?

-Es solamente una cuestión de actitud. En cuanto al éxito, como consecuencia es aceptable.

-¿Qué echa en falta en la enseñanza de la música actualmente?

-La falta de sabiduría, de educación en la cultura musical va a salir muy cara para las generaciones futuras. De todas maneras, sería mucho mejor ocupar a los jóvenes en las escuelas y universidades con cualquier tipo de clase de música, ya sea asociada a la canción, al baile, etcétera, para mantener las tradiciones del pasado.

-Usted grabó mucho, con Deutsche Grammophon. Ya no graba como antes. ¿La esencia de la música está en los conciertos?

-Los conciertos y las grabaciones son dos realidades distintas; y como una no impide la otra, tengo planes para grabar en un futuro próximo.

-¿Qué requisitos debe reunir un buen disco?

-Una máxima movilización por parte del artista en todos los sentidos. No hay que olvidar que también sirve como documento. Ahora vemos que la compañía Deutsche Grammophon ha presentado una caja con catorce discos grabados entre 1981 y 1995, y que abarcan catorce años de trabajo.

-¿Cuál es hoy el papel del músico en la sociedad, si es que le concede alguno?

-Si un cocinero cocina bien atrae a la gente. Ahora lo que se valora es el esfuerzo y el empeño, pero también el talento. No veo cómo un músico famoso puede influir a la sociedad moderna, que todavía se basa en el consumismo.

-¿Le interesa algún tipo de música ajena al orbe clásico?

-Me interesa mucho la música étnica de muchos países, incluida la de España.

-Más allá de su labor profesional, en su vida privada, ¿qué escucha?

-¿Qué escucho más allá de mi profesión? Los pájaros, escucho a los pájaros.

-¿Qué es para usted el silencio?

-El silencio es el espacio disponible para llenarlo de cosas buenas.

-¿Qué pianistas de hoy debería seguir un joven que empieza? ¿Y de los genios de siempre?

-Debe tener suerte: primeramente en encontrar buena enseñanza, pero también de crecer en un ambiente amigable.

-¿Con qué director de orquesta ha trabajado más a gusto?

-Con Claudio Abbado. He hecho grabaciones con las orquestas de Chicago y de Londres bajo su dirección.

-¿Le interesan el pianoforte y el clave? ¿Qué opina de las interpretaciones historicistas?

-Es una realidad paralela, pero estrictamente limitada.

-¿Cuál es su relación con España?

-Me fascina.

-¿Cuál cree que es la gran aportación española a la historia de la música para piano?

-Un papel del alma que proviene del pueblo y que fue deliciosamente representado por autores como Granados y Albéniz, entre otros.