Hemos probado un Fiat 500 de la nueva serie, de 89 caballos, gasolina, con acabado Lounge. recorrimos unos cientos de kilómetros a bordo de este pequeño italiano. la conclusión: es un coche pensado con lógica. muy práctico para uso urbano y con un estilo que lo aleja de los más baratos pero impersonales utilitarios
27 sep 2015 . Actualizado a las 05:20 h.Fiat acertó de pleno cuando decidió rescatar el 500 de su pasado. Porque una cosa es un coche pequeño, pongamos un Panda (por seguir dentro de la marca italiana) y otra conducir este glorioso espíritu del pasado al que han metido en la máquina del tiempo. En realidad, y para que quede más claro lo que pretendía la marca de Turín con este lanzamiento, el 500 es un Panda al que le han quitado su atuendo de cochecito práctico y le han puesto otro de urbano chic. Vamos, de híspter del asfalto, para entendernos. De hecho, y aunque compitan en dos gamas distintas de precios, uno de sus rivales naturales es el Mini. Las diseñadoras de moda y los dentistas ?estos como segundo coche, claro? ya tienen más (y más barato) donde elegir.
Bromas aparte, el Fiat 500 es un coche muy lógico, cuya compra aparece como una seria opción cuando lo que se desea es un vehículo práctico, que se aparque fácilmente y consuma poco. En el escaparate tenemos unos cuantos con estas virtudes, porque los asiáticos llevan años trabajando duro en el asunto, pero Fiat juega además muy fuerte la baza del estilo. Exteriormente, el 500 puede personalizarse con un toque femenino, por ejemplo, o inyectarle algo de testosterona con una llantas negras o una combinación de colores más agresiva. Eso ya va para gustos, porque las opciones que ofrece la marca son bastantes. Y en su interior, otro tanto, dependiendo del acabado Pop, Lounge o S. En el modelo que hemos probado, el Lounge (digamos que sería la opción más elegante, a camino entre la más juvenil y la deportiva) sentarse a los mandos fue todo un gustazo. Hay muchos detalles destacables: nos encontramos con un volante de piel y una consola en color blanco, a juego con la carrocería. El pomo del cambio de marchas, muy elevado y adelantado, como puede apreciarse en la foto de la izquierda, ofrece una sensación de mayor control y poderío al conducir. El estilo retro del tapizado de los asientos contrasta con la sensación futurista que ofrece la avanzada y completa consola multimedia.