La prueba: Ktm 1050 adventure, trail con espíritu deportivo

MOTOR ON

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No parece que vayamos montados en una mil. La «pequeña» aventurera de la marca austríaca permite enlazar curvas con soltura gracias a un generoso par, un equipo de frenos potente y la ayuda del embrague antirrebote

30 ago 2015 . Actualizado a las 05:30 h.

La marca austríaca KTM sitúa la 1050 Adventure como la puerta de entrada a su segmento de travel enduro, que traducido al idioma común vendría a ser una trail asfáltica. Realmente, con 235 kilos de peso en orden de marcha y llantas de palos en vez de radios, lo de trail tiene más que ver con la postura y las aptitudes viajeras que con la posibilidad de meterla por caminos de tierra: se puede, pero facilitos y con mucho cuidado, como la inmensa mayoría de sus competidoras.

Pero en KTM saben aportar a todos sus modelos un gen deportivo y eso es lo que pudimos comprobar con la unidad que puso a nuestra disposición el concesionario 90 Motor de A Coruña (Ronda de Outeiro, 218). La 1050 se desenvuelve bien en carreteras normales e incluso en autopista, gracias a una pantalla regulable que protege el pecho y no crea ningún tipo de turbulencias. Pero donde saca a relucir su verdadero ADN es en los tramos revirados, con un enorme par de 107 Nm a 5.750 revoluciones y un equipo de frenos Brembo con pinzas de cuatro pistones y anclaje radial. La diversión está garantizada, con una tercera marcha súper aprovechable que permite enlazar curvas en el rango de 60 a 90-100 kilómetros por hora sin necesidad de tocar la maneta del cambio. Y si tenemos que hacerlo, el embrague anti-rebote asegura que no haya sustos, ni brusquedades de ningún tipo.

La electrónica incluye ABS, control de tracción y tres modos de entrega de la potencia del motor (Street, Sport y Rain). En opción existe la posibilidad de pedir un modo off road adicional, que desactiva el ABS delantero.

La KTM 1050 incorpora luces diurnas LED e intermitentes con desconexión automática. El gran depósito de 23 litros asegura una buena autonomía, y los intervalos de mantenimiento se estiran hasta los 15.000 kilómetros.

Las principales pegas que se le pueden poner a esta trail son algunos acabados en plástico (como las agarraderas traseras) y la imposibilidad de regular la horquilla delantera, aunque los tarados duros de las suspensiones (firmadas por WP) vienen preparados para el potencial que ofrece la moto.