Adiós a la gran dama de BMW

Angélica F. Pérez

MOTOR ON

FRANK RUMPENHORST

La muerte  de Johanna Quandt deja el 46,7 % del capital de la firma en manos de sus hijos. Fue una mujer discreta que supo capear grandes escándalos, incluida la relación de su familia política con los nazis

23 nov 2015 . Actualizado a las 19:06 h.

La familia Quandt es una de las más poderosas y ricas de industriales alemanes. Con sus dos hijos, Susanne Klatten y Stefan Quandt, Johanna controlaba el 46,7 % del capital del constructor automovilístico (lo que solo el pasado año le reportó unos dividendo superiores a los 800 millones de dólares) y poseía diversas participaciones en otras empresas alemanas. Viuda del patriarca Herbert Quandt, Johanna Maria Quandt, cuyo apellido original era Bruhn, nació en 1926 y era una de las figuras más conocidas de los imperios familiares que caracterizaron el auge de la economía alemana tras la Segunda Guerra Mundial. Su familia es una de las más conocidas de Alemania y en 2013 ofreció una donación de dinero importante al partido conservador de la canciller Angela Merkel. Poco después de la reelección de Merkel para un tercer mandato, los Quandt donaron cerca de 700.000 euros a la Unión demócrata-cristiana (CDU).

 La oposición afirmó que ese generoso regalo podía estar relacionado a la voluntad del gobierno de rechazar las normas europeas más férreas para los automóviles en materia de emisiones de CO2. De hecho, Merkel ha sido calificada de «canciller del automóvil», pues ha apoyado desde hace años a este sector automovilístico, clave de la industria de su país y famoso en el mundo entero pues los vehículos alemanes son sinónimo de calidad.

Era la secretaria

Johanna Maria Quandt conoció a Herbert Quandt, gran industrial alemán, en los años 50, cuando era su secretaria. Tras la muerte, en 1982, del patriarca, con quien se casó en 1960, asumió la jefatura del imperio, antes de retirarse y ser reemplazada por sus hijos. Se desempeñó como vicepresidente del consejo de vigilancia de BMW durante 15 años, hasta 1997. El presidente de BMW, Harald Krüger, destacó «la convicción y la pasión» manifestadas por esta mujer, que permaneció siempre discreta pese a su fortuna. La familia Quandt se convirtió en 2014 en la mayor fortuna de Alemania con un patrimonio de unos 31.000 millones de euros, según la clasificación del semanario Manager Magazine. Superó así a los hermanos fundadores del grupo de supermercados de bajo precio Aldi. También posee partes en el especialista de fibras de carbono SGL Carbon y en el grupo químico Altana. El apellido Quandt también está relacionado con las horas más sombrías de la historia alemana, pues uno de sus ancestros, Günther Quandt, empleó 50.000 trabajadores forzosos bajo el régimen nazi, explotándolos hasta el punto que algunos murieron. Su empresa armaba y equipaba a las tropas hitlerianas durante la Segunda Guerra Mundial y se enriqueció considerablemente gracias al despojo a los judíos. Pero la familia Quandt tardó en arrepentirse y solo en 2011 autorizó la publicación de un libro implacable de un historiador alemán. Susanne Klatten, hija de Johanna Quandt, fue noticia en 2009, al ser víctima de un hombre que la sedujo y amenazó con publicar imágenes de sus relaciones íntimas si no le daba dinero.

El gigoló suizo, como fue apodado por la prensa alemana, fue condenado a seis años de cárcel. El amante secreto había filmado sus encuentros amorosos y después de obtener siete millones en efectivo la amenazó con dar conocer los vídeos a la prensa si no recibía esos cuarenta millones. La mujer se armó de valor y denunció la extorsión a la policía. El escándalo ya es historia y Kletten se ha convertido en una exitosa empresaria y filántropa que, junto con su hermano, sigue multiplicando la riqueza familiar.