Bélgica desbanca a Londres en moda

maría piñeiro REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

La última colección de Balenciaga
La última colección de Balenciaga PATRICK KOVARIK | AFP

El fichaje de Demna Gvasalia por Balenciaga despeja las dudas: la Academia de Modas de Amberes se impone a la ya casi vetusta St. Martins londinense

08 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sale en las revistas estas semanas Antonio Banderas como alumno de la escuela de diseño St. Martin's, la hasta ahora cantera de genios de la costura. El actor malagueño, que anuncia que quiere volver a poner de moda la capa entre los hombres, tal vez debería haber elegido la Academia de Modas de Amberes y no Londres si quiere triunfar. De esta escuela (pública) han salido los últimos fichajes de la industria, como el alemán de origen georgiano Demna Gvasalia, que desde ayer es oficialmente el director creativo de Balenciaga.

Pero Gvasalia -que ya pasó por Martin Margiela y Louis Vuitton- no es el único nombre que lleva el sello Amberes en su currículo académico. En los ochenta salieron un ramillete de destacados diseñadores de esta localidad, con Dries Van Noten y Martin Margiela a la cabeza, y por eso la siguiente generación lo tuvo más fácil. Fue el caso de Olivier Theyskens, que dejó su impronta en Rochas y Nina Ricci; la pujante Veronique Branquinho; y por supuesto el más importante de todos, Raf Simons, hoy ya asentado como creador de la maison por excelencia, Dior.

¿Y qué hace a los alumnos de moda de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes tan especiales? Posiblemente el mejor resumen lo ha hecho la directora ejecutiva y presidente de Balenciaga, Isabelle Guichot, al hablar de Gvasalia: «Gracias a su dominio de las técnicas, su conocimiento y su cultura en materia de moda asociadas a una metodología innovadora y reflexiva, Demna posee una mirada inédita sobre la función creativa, y en ese sentido recuerda la visión de Cristóbal Balenciaga». Sabe, dice Guichot, «cómo debe ser la silueta, cuáles los volúmenes», y eso lo tendrá que demostrar en la colección de otoño 16/17 que se presentará en París el próximo marzo.

Seguramente parte de lo que veamos entonces lo habrá aprendido en sus estudios de la real academia belga, donde la moda no se considera un arte sino «una profesión que se tiene que practicar de forma artística», y en donde el primer año los alumnos se centran en el diseño de una falda y un vestido; en el segundo, en crear trajes históricos frente a contemporáneos; en tercero aprenden siluetas y moda étnica, y finalmente terminan realizando una colección «equilibrada».

Toque «normcore»

Los diseñadores belgas son por tanto grandes conocedores de la técnica pero con un punto destroyer e industrial, y Gvasalia da un paso más hacia la antitendencia (normcore), igual que las sandalias con calcetines que esta semana presentó Lagerfeld en el desfile de Chanel.