Bimba Bosé: «Ahora soy yo la que va detrás del lobo»

GENTE

Dice que está siempre en construcción y que su carácter explosivo es lo más Bosé

24 ene 2017 . Actualizado a las 11:43 h.

Nació como Eleonora Salvatore González (Roma, 1 de octubre de 1975), pero enseguida fue la Bimba (la bebé) de la saga de los Bosé a quien ella representa con orgullo. «Como una embajadora», dice. Unidísima a su tío Miguel del que habla con todo el cariño, Bimba se ha reconstruido como una mujer mucho más feliz después de pasar por un cáncer de mama. «Parece contradictorio, pero por fin pienso en mí y me permito mis momentos». Hoy está en A Coruña pinchando en el encuentro Tenda, un trabajo, el de DJ, que agradece y al que cada día le da más valor. 

-Antes de nada, ¿cómo te encuentras? ¿Vienes animada a Galicia?

-¡Hasta arriba de curro! Pero superbien, sí, la verdad es que sí. En general me llama mucho todo lo que tiene que ver con el norte, me gusta venir a Galicia.

-¿Tú cómo te defines, cantante, diseñadora, DJ, modelo...?

-Difícil de definir. Soy una mujer en construcción, como digo siempre, sobreviviendo con lo que sé hacer, que no es nada en realidad. No es por quitarme valor, puedo hacer de todo, pero no tengo una carrera y oficialmente no soy nada. Una superviviente de lo que buenamente pueda. Intentar reinventarme. Las oportunidades son las que son.

-¿Qué es lo que más centra ahora tu atención?

-Mi atención está centrada en mi bienestar, porque una debe mirarse de vez en cuando el ombligo, en el de mis hijas, en poder tener mi entorno arreglado. Y luego proyectos de trabajo tengo muchos, pero lo que más hago es pinchar. Y lo agradezco, porque es un trabajo que me encanta. Al principio no le daba mucho valor y ahora tiene muchísima importancia, me permite estar cerca de la música que me gusta, sin tener que hacer un esfuerzo enorme, de montar una banda y canciones propias, que en este país es difícil. Un punto de trabajo y de disfrute que me permite estar en sitios distintos.

-Estás cerca ya de los 40. ¿Ha sido la década de los 30 la más especial?

-Acabo de celebrar con fiestón los 39. La verdad es que sí, desde los 28 que tuve a mi primera hija, ha sido una etapa intensa sin parar. Tener hijos supone que los gastos se amplían y eso hay que cubrirlo y de ahí que te multipliques en todo.

-Precisamente hablando de la maternidad, la presidenta de los empresarios dijo que no contrataría a mujeres embarazadas. ¿Qué opinión te merece?

-Me parece fatal, horrible. Las mujeres con hijos yo creo que son las que más trabajan precisamente.

-¿Somos las mujeres demasiado «abusonas» con nosotras mismas?

-Yo creo que el problema es que algunas se empeñan en parecerse al hombre y eso no sé cómo llamarlo, quizás «feminismo radical». Querer adoptar roles de hombres cuando no lo somos ni nunca lo seremos. Hay que hablar con propiedad, no estoy muy politizada, pero como madre, madre soltera, he tenido que sacar adelante a mis dos hijas, y para ello hay que organizarse y no es fácil. Cada vez es más difícil, antes te daban una pequeña ayuda, pero luego ya eso dejó de existir. Pensionistas, tampoco. Cultura, cero. Sanidad, la están desmantelando, aunque gracias a mi enfermedad me he dado cuenta de que es uno de los sectores que mejor funcionan en este país.

-¿Cómo has vivido la etapa de la enfermedad?

-Con mucha alegría, me doy cuenta de que la enfermedad me ha dado la posibilidad de estar más agradecida. No puedo estar quejándome ni nada, y es un poco contradictorio que lo diga, es una lección de humanidad. He tenido mogollón de cariño, desde el hospital, quienes me daban los tratamientos y por supuesto mi familia. Me ha cambiado en ser más humana y en relativizarlo todo muchísimo.

-Pero hay gente que se viene abajo. Tú no.

-Yo he tenido la suerte de estar rodeada de gente maravillosa, en el hospital me han tratado genial, me han querido, y aunque no tuviera familia, quiero decir que el trato ha sido exquisito y no me han dejado sentirme sola.

-¿Quién te ha ayudado más en este proceso?

-La persona más cercana ha sido mi pareja, luego mis hijas, y mi familia.

-¿Eres tan fuerte como aparentas?

-Obviamente es una coraza que todos tenemos. Yo no soy tan fuerte como aparento y en este proceso he aprendido a «disfrutar», es decir, permitirme los momentos de tristeza también que antes no me los permitía.

-¿Y qué te movió a mostrarte después de la operación? ¡Ha sido un ejemplo!

-Eso es mi trabajo, mi forma de expresarme. Me puedo expresar a través de la música, mediante las canciones, mediante mi trabajo como modelo y no es un deber, pero sí una forma de decir. Pero si una revista que llevan unos chicos maravillosos y tienen un recorrido y son supergenerosos me lo piden, yo no les digo que no. Yo soy como soy y me muestro como soy, tenga lo que tenga, de más o de menos. O kilos.

-De hecho saliste en defensa de Tania Llasera...

-Es que no puedo más con el rollo este. Encima tener que justificarte. ¡Anda, ya, por favor! Que se dejen de tonterías, eso de que la mujer tiene que ser un palillo, con el canon de belleza tenemos que ser mucho más tolerantes, oye, perdona, en el Renacimiento el canon no era el de hoy. Tenemos que abrir el foco. La belleza es algo tan personal, lo que a mí me puede parecer feo a ti te encanta. A lo mejor a mí una chica con el pelo rosa y cuatro piercings me encanta y a ti no.

-Pero la moda ha sido caprichosa, tú porque mides 1, 77...

-Pero hay mujeres, que si son guapas, tienen personalidad, pueden trabajar de modelo, me parece que no se puede generalizar y decir que todas las modelos son anoréxicas o drogadictas. Hay mujeres de todo tipo, hay que ser más tolerante y no estar tan pendiente del de al lado.

-Tú has aportado precisamente una perspectiva andrógina.

-Claro, porque yo cuando empecé a trabajar era lo que pedía el mercado y me adapté. Si no me llego a adaptar no habría trabajado. Si hubiese sido una cursi a lo mejor no les hubiera interesado en absoluto. Yo puedo ser cursi también si quiero [risas]. No soy nadie, pero intento adaptarme a la situación. Y en eso ha estado el éxito de mi carrera.

-¿Eres de coger los trenes?

-Sí, por necesidad. Al final hay que darle sentido a las cosas. O te lo curras un poco más; bueno, a lo mejor no sé pinchar, pero voy a hacer una selección musical de la leche para que mucha gente se lo pase bien. No voy a perder la oportunidad. Si alguien ve las posibilidades en mí yo no voy a negarme nunca.

-¿Cuál es esa canción que te levanta el ánimo en días nublados?

-Cualquiera de Little Dragon, Mina... La música tiene para mí esa capacidad de poder transportarme y hacerme feliz. De pronto tengo un momento chungo, y enseguida me animo como una castañuela. Luego en mi casa estoy más tranquila, pero en lo social prefiero estar contenta que de malas.

-Tu familia es un matriarcado. ¿Ejerces muchos de mamma italiana? ¿Te gusta ese papel de reunir, de proteger... ?

-Bueno, también quiero ser práctica. No estoy todo el día a ello, pero a mí me encanta cocinar, soy una señora de mi casa. Me gusta coger la aspiradora como una loca, pero no quiero estar así todo el día tampoco, soy práctica, me gusta tener la casa limpia, pero cuando puedo. Si no te atacas de los nervios, si quieres que la casa esté impoluta, los niños bien vestidos... Hay gente que sí disfruta, yo no.

-¿Qué aspecto de tu personalidad crees que te define como una Bosé?

-Yo creo que el carácter fuerte. Básicamente, el hecho de que no tenemos pelos en la lengua y soltamos lo primero que se nos viene a la cabeza. Y eso a la gente le impone mucho y se queda un poco ??acojonada?? cuando nos ve, pero bueno, hay que controlar ese lado.

-Tu dúo con tu tío Miguel, «Y como un lobo voy detrás de ti», arrasó hace unos años.

-Fue maravilloso, eso me dio mucha alegría. Con Miguel es delicioso todo, porque para mí siempre el proceso es muy tenso si te pones a componer con tu grupo y eso.

-¿Tienes muchos lobos detrás?

-Ja, ja. Yo ahora soy la que tengo que ir detrás del lobo. Voy siguiendo los pasos del lobo.

-O sea que das tú el primer paso.

-Bueno, en este caso sí. Porque ya a cierta edad o lo das tú o si no... ¿Sabes lo que pasa? Que quiero disfrutar de la vida y a medida que pasa el tiempo estoy como más tranquila y no quiero desaprovechar nada, no voy a quitarme el gusto. Estoy en plan ?disfruta, disfruta?.

-¿Cómo te imaginas esta nueva década?

-Igual, porque no quiero perder esa vitalidad. Como Soledad Lorenzo o Beatriz de Orleans, gente que aún de mayor tiene fuerza, con juventud. Yo quiero llegar, pero con jovialidad.

-Algunas personas se echan a la calle o van de compras para animarse el día. ¿Cómo te alegras el tuyo?

-Yo me pongo el batín y las pantuflas [risas].

-David Delfín y tú formáis una pareja de hecho en la moda. ¿Algún otro diseñador que te guste?

-Sí, hay muchos, Carlos Díez, que me encanta también, Jean Paul Gaultier. Pero yo no compro moda, me identifico con muchas marcas, me encanta H&M, Adidas...

-¿Volverías a actuar con tu tío?

-Por supuesto, yo estoy con él para lo que quiera y él conmigo. Y con David Delfín. Es gente de por vida, incondicional. Tenemos nuestros pilares ahí constantes, no hablas a diario con ellos, pero los tienes siempre.

-¿Te ha pesado el apellido?

-En absoluto. Todo lo contrario, me da alas. Es más la gente que quiere etiquetarte. En mi caso me considero una embajadora del apellido. Me siento orgullosa de formar parte de una familia que ha generado muchas cosas interesantes o ha estado rodeada de gente interesante.

-¿De quién o qué no te fías nunca?

-De mí misma, porque hay que tener cuidado de uno mismo. Me doy cuenta de que eres tú la que no te permites hacer cosas, muchas veces es porque no estás listo y te cierras. Y luego te das cuenta de por qué lo has hecho. Nosotros mismos nos ponemos las trabas o las metas. Hasta aquí puedo llegar ahora, pero hoy y mañana son tan distintos.

-También la contradicción de uno mismo, ¿no?

-Claro, es que nos estamos engañando continuamente. Pasa mucho cuando te coges una borrachera [risa] y dices «la que he liao», cosas raras, el inconsciente es muy poderoso y hay que tener cuidado con lo que uno desea porque puedes generarlo y se produce una hecatombe en tu vida. Por eso no me fío de mí misma.

-Una curiosidad. ¿Qué opinas de Podemos?

-No me creo nada, no soy muy política. Me interesa, claro, pero creo que la cosa es mucho más amplia, de cambio del sistema. Puede haber gente con mucho carisma, retazos de revolución, pero al final cuando llegan ahí arriba todos están cortados por el mismo patrón.