Gaultier recurre a la estética futurista en el cierre de París

Lola Loscos

SOCIEDAD

09 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La exquisitez multicolor del modisto español Josep Font, la gloria del cine y sus estrellas vista por Jean-Paul Gaultier, y la lujosa pureza del blanco con Elie Saab pusieron ayer los broches finales de la alta costura francesa para el otoño-invierno. Gaultier reunió a sus invitados -entre ellos, Mickey Rourke- en el bellísimo y monumental palacete donde tiene su cuartel general, en el centro de París. Nada de crisis sobre su pódium, sino todo lo contrario. Mujeres de sueño, vestidas de lamé de los pies a la cabeza y espectaculares corsés neofuturistas fueron algunas de sus propuestas más sensuales.

Josep Font eligió el histórico Salón Imperial del otrora Hotel Intercontinental (hoy Hotel Westin), donde durante décadas y hasta el final de su existencia triunfó sistemáticamente la alta costura de Yves-Saint Laurent. Allí donde las maniquíes del mítico maestro desfilaron siempre con una lentitud hoy perdida, Font las hizo desfilar con extrema delicadeza, sin prisa alguna, lejos del ritmo trepidante que suele caracterizar todo desfile. Elie Saab mostró un sinfín de vestidos de elegancia suprema, pensados para ocasiones solo excepcionales, en el Pabellón Cambón Capucines, allí donde hace seis meses, Karl Lagerfeld conmocionó la alta costura estival con un desfile-manifiesto Chanel construido en torno al blanco.