Bienvenida al «renting» de la moda

Alfredo López Penide
López Penide REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

CEDIDA

Pislow, cofundada por una gallega, apuesta por alquilar prendas de vestir que son devueltas después por los usuarios, que tienen también la opción de compra. Al proyecto ya se han sumado nombres como los de Rosa Tous, vicepresidenta de la marca de joyería, o el publicista Mar Ros

23 jun 2019 . Actualizado a las 05:15 h.

La filosofía de Pislow está clara: apostar por la sostenibilidad alargando la vida útil de las prendas de vestir mediante el renting. Aunque lo de alquilar prendas de vestir aún no está muy asentado en nuestro país, lo cierto es que algunos estudios apuntan a que este mercado podría alcanzar en el 2023 una facturación cercana a los dos mil millones de euros a nivel global.

Esta firma comenzó su andadura en el 2017 de la mano de la coruñesa María José González y la catalana Sheila Moya. Tras terminar la carrera de Matemáticas en Santiago, María José pasó cerca de doce años trabajando en consultorías hasta que decidió dar a su vida un giro de 180 grados centrándose en un proyecto que le llenara a nivel profesional y que aunase «mis dos pasiones. La tecnología, por un lado, y la moda, por otro».

Se matriculó en un máster relacionado con, entre otras cuestiones, el business mobile. Fue allí donde el proyecto de lo que hoy es Pislow comenzó a germinar: «Surgió para dar una respuesta a la sostenibilidad desde el consumo. Hay como un agujero, que no se ha solucionado, con la moda de segunda mano donde puedes dar salida al producto, pero donde hay un problema de raíz que está relacionado con las marcas. Además, creo que es un modelo de negocio que está desactualizado».

El espaldarazo definitivo se produjo cuando, ya junto con Sheila Moya, toman parte en la aceleradora de Carlos Blanco, un reconocido emprendedor e inversor privado en lo que a startups se refiere. Rosa Tous, vicepresidente de la firma de joyería, y el publicista Marc Ros se sumaron al proyecto.

Una iniciativa empresarial que tiene en la sostenibilidad una de sus claves. De hecho, la moda está considerada como el segundo sector más contaminante, solo superada por la industria del petróleo, una realidad puesta de manifiesto por la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona al advertir que para elaborar un simple vaquero se necesitan diez mil litros de agua.

«Es un renting. Es un alquiler con opción a compra. Si te gusta algo, lo puedes comprar con descuento», señala la coruñesa cuando alude a Pislow. En sus primeros compases, su modelo de negocio consistía en que cada cliente-suscriptor recibía mensualmente una fashion box, una caja con prendas de vestir y complementos que, al cabo de un mes, devolvía. «Teníamos un catálogo de productos y se podía escoger», incide María José González.

En la actualidad, esto ha cambiado hasta el punto de que el cliente ya no selecciona, sino que es la tecnología la que estudia las preferencias y gustos de cada suscriptor y elabora la caja en función de esto: «Es un modelo predictivo y está funcionando muy bien», remarca María José, al tiempo que alude al factor sorpresa que genera entre sus clientes el recibir un envío desconociendo lo que contiene, pero sabiendo de antemano que se va a ajustar a sus gustos personales.

La oferta de negocio, en todo caso, no se detiene ahí. Y es que cabe la posibilidad de que se alquile un vestido para un evento concreto.

En cualquier caso, tanto ya sea un traje para un acto social muy determinado como cualquiera de las prendas que componen una fashion box, desde Pislow garantizan que estarán siempre en un estado óptimo. «Los productos que nos devuelven después de cada servicio, pasan por la tintorería, los customizamos, los reparamos si es necesario y los volvemos a poner en el mercado. De este modo, una chaqueta puede pasar por doce personas y su apariencia será como si fuese nueva», añade Sheila Moya

«Es una forma de consumo sostenible de moda y una alternativa a la compra», acota su socia, quien destaca la buena acogida que su proyecto está teniendo entre los consumidores, pero también entre las propias marcas comerciales.