Trump disfraza la realidad migratoria

Adriana Rey NUEVA YORK / LA VOZ

MERCADOS

MIKE NELSON

El presidente estadounidense mantiene su agresiva retórica contra los inmigrantes pese a que los estudios oficiales ponen en valor su positiva aportación a la economía del país

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde los inicios de su candidatura, Donald Trump hizo de la inmigración uno de sus caballos de batalla en la arena política. Su retórica antiinmigrante y las medidas que hoy como presidente implanta sobre este segmento de la población siempre han ido en la misma línea argumental: los indocumentados le cuestan demasiado dinero al país. Bajo esta máxima, el neoyorquino ha exprimido su mensaje proteccionista con éxito, aunque en muchas ocasiones teniendo poco respeto por los datos relacionados con el coste real de la inmigración ilegal. Tanto es así que esta ha sido una de las temáticas donde el mandatario más ha faltado a la verdad. Así lo reflejan los datos de diferentes organismos y foros económicos, que ensalzan la importancia del papel que el inmigrante tiene en EE. UU. y su influencia positiva para la economía.

Que la inmigración pueda ser negativa para el país es una afirmación que recientemente ha sido desmentida por el presidente de la Reserva Federal de Dallas, en Texas. Es más, según Robert Kaplan, la propia política migratoria de Trump ya está frenando el crecimiento económico del país. El temor a ser deportados hace que los trabajadores indocumentados no salgan de sus casas a hacer compras por miedo a que, si salen, quizás no puedan volver. «Aún es pronto para que los datos lo capten, pero ya se escucha y creo que vamos a verlo», aseguró Kaplan en el Concil on Foreign Relations de Washington. El impacto podría ser considerable teniendo en cuenta que la población estadounidense de clase baja y media, incluidos los inmigrantes, son más propensos a gastar que a ahorrar, por lo que si los simpapeles dejan de hacerlo, el PIB podría verse afectado. «Si hacemos cosas que limitan la inmigración sensata, es probable que reduzcamos el PIB», aseveró Kaplan.

En paralelo, la opinión pública parece estar concienciándose poco a poco de la importancia de la inmigración para su propio bienestar. Según un sondeo de Gallup, el 49 % de los estadounidenses creen que los inmigrantes aportan más de lo que quitan a la economía del país.

Y todo, a pesar de que Trump suele obviar el dato de que los indocumentados también pagan impuestos, aunque no tantos como si fuesen legales, pero bastantes más de los servicios públicos que reciben. «Hay que fijar nuevas normas que digan que quienes quieran ser admitidos en nuestro país deben estar en condiciones de mantenerse a sí mismos y no usar el sistema de beneficios sociales», aseguró el presidente estadounidense hace escasas semanas, ignorando el hecho de que ya existe una ley que lo regula, aprobada en 1996. La medida prohíbe a todo extranjero que ingresa al país tener determinados servicios sociales, que en el caso de un indocumentado desaparecen por completo.

Frente a este agresivo discurso están además las cifras del Institute on Taxation and Economic Policy, que asegura que los inmigrantes indocumentados pagan casi 12.000 millones de dólares en impuestos estatales y locales. California por ejemplo, obtiene más de 3.000 millones en ingresos fiscales de sus tres millones de simpapeles, de los que la gran mayoría son latinoamericanos, principalmente de México, con quien Trump pretende levantar un muro fronterizo. Lo que no dice el mandatario es que la economía estadounidense tiene una gran dependencia de la mano de obra mexicana. Tanta, que el 52 % de los inmigrantes indocumentados son de origen mexicano.