No hacen disfraces. Lo suyo es reproducir la vestimenta y la orfebrería de otras épocas . «Todo está basado en documentos, hay mucha labor de investigación detrás», explica María Lamela, una de las propietarias de Unha de Romanos, una empresa con sede en Lugo que ahora surte de vestimenta para fiestas históricas, museos o películas a países de todo el mundo. «Nos han hecho encargos de Estados Unidos -ahí adoran los cascos, corazas...-, Latinoamérica y de muchos otros países europeos», dice.
Lo que les ha hecho subir como la espuma desde que en el 2010 crearon la empresa es su carácter didáctico y rigor histórico. De hecho, han tenido que formar a su propio personal para trabajar el cuero, el metal y los tejidos naturales tal y como lo hacían en cada una de las épocas de las que reproducen su indumentaria. No usan acrílicos. La razón es fácil: «En la época de los romanos no habían descubierto aún el petróleo. Por eso usamos materiales naturales. Desde seda a lino o algodón». Tienen taller y tienda propios.
¿Cómo empezó todo? Nacieron impulsadas de un modo indirecto por el Arde Lucus, aunque hacen reproducciones para fiestas históricas de todo tipo. María era profesora de plástica y su socia Teté Latas era una gran estudiosa de la historia. En el 2008 se unieron, aunque tardaron dos años en lanzar la compañía. «Empezamos dando un curso en el módulo de mujeres de Bonxe para hacer trajes para el Arde Lucus. Fue con la colaboración del Concello de Lugo y la cárcel. A partir de ahí decidimos dar un paso más para continuar con esa labor didáctica», explica. Su nuevo proyecto: un glosario de vestimenta.