La mitad de lo que ganan las empresas se va en impuestos

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

La carga fiscal que soportan las compañías españolas cae un punto, hasta el 49 %, pero sigue muy por encima de la media europea

02 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un 49 % de sus ingresos netos o, lo que es lo mismo, la mitad de su beneficio comercial (lo que facturan menos el coste de producción de los bienes o servicios). Es la cantidad que destinan cada año las empresas españolas al pago de impuestos, según la última edición del informe Paying Taxes, elaborado por la consultora PwC y el Banco Mundial con datos referidos al ejercicio 2015. La cifra tiene una de cal y otra de arena. Porque supone una rebaja de un punto respecto a la presión fiscal que soportaban las compañías un año antes, pero sigue estando muy por encima de lo que se paga de media en Europa (40,3 %) y en el resto del mundo (40,6 %).

La mayor carga tributaria para las empresas españolas -el estudio toma como base una empresa tipo, de tamaño medio y de ámbito doméstico, para que la comparación pueda ser uniforme en todos los países analizados- siguen siendo las cotizaciones sociales, que se comen casi un 36 % de su beneficio. Casi tres veces más de lo que destinan al pago del impuesto sobre sociedades (12,4 %) y la carga casi residual que suponen el resto de tributos (0,7 %).

La caída en la presión fiscal respecto al 2014 se explica por la entrada en vigor de la reforma fiscal aprobada por el Gobierno, que rebajó en nueve décimas el importe desembolsado en concepto de impuesto de sociedades. Habrá que esperar a la próxima edición del informe para ver el impacto que tuvo el baile efectuado el año pasado en ese tributo, que volvió a ser parcheado para taponar el agujero que provocó en la recaudación el cambio en el régimen de pagos a cuenta de las empresas. Para detener la hemorragia, el Gobierno impuso a mitad de año un pago adelantado a las grandes compañías que generó malestar en el sector empresarial.

El informe muestra las grandes diferencias en la fiscalidad en Europa. Así, las corporaciones francesas son las que soportan la mayor carga tributaria, ya que de cada diez euros que ingresan, más de seis (62,8 %) se van al pago de impuestos, fundamentalmente por los elevados tipos en cotizaciones sociales. Tras Francia, Italia (con un 62 %) y Bélgica (que roza el 59 %) son los países europeos donde las compañías pagan más a Hacienda. En el otro lado de la tabla se sitúa Luxemburgo, donde el porcentaje de los ingresos empresariales que se van al erario público no llega al 21 %, lo mismo que en Croacia.

La carga administrativa

Pero la carga fiscal no es solo económica, sino que también tiene un componente de burocracia. En España, según el estudio, una empresa pierde, de media, más de seis días (con sus respectivas noches, por lo que si se mide en jornadas laborales la cifra sería el triple) en trámites para cumplir sus obligaciones con Hacienda. El año pasado fueron 152 horas, seis menos que en el 2015.

Pese a la creencia generalizada, la carga administrativa para las empresas en España, al menos a la hora de pagar impuestos, no es superior a la de otras grandes economías europeas, como muestran las 240 horas que deben invertir las compañías italianas en trámites fiscales, o las 218 de Alemania. En cabeza, Bulgaria, donde se precisan 453 horas, casi dos meses de trabajo (a razón de jornadas de ocho horas al día). San Marino y Luxemburgo son los países donde cumplir con Hacienda supone menos trabajo, apenas 50 horas anuales.

En cuanto al número de trámites que hay que realizar para estar al día con el erario público, España también está entre los países con una carga más razonable, ya que solo se precisan ocho pagos, frente a la media de 12 en el continente. Es la misma cifra que en Francia, Reino Unido o Portugal y, aunque duplica la de Noruega (el país con menos cargos), es inferior a la de Alemania (9), Bélgica (11) o Italia, donde se hacen 14 pagos al año.

Aunque la presión fiscal es más alta, la burocracia necesaria para cumplir con Hacienda es más baja que la media