«Si quieren sacar fotos les ponemos un set»

Carmen García de Burgos REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

MARCOS CREO

25 jun 2017 . Actualizado a las 04:56 h.

Una copa de champán o una taza de café no valen mil euros. Tampoco dos bombones. Pero si combinan ambas experiencias con una joya de calidad y exclusiva y la experiencia que lleva asociada -los buenos recuerdos, los momentos felices, el amor-, sí. Son los pequeños detalles y la confianza los que han convertido a este artesano de Serra de Outes en un exportador de joyas únicas a Estados Unidos y Dinamarca, por poner dos ejemplos.

Europa se va rindiendo poco a poco a sus encantos y diseños, pero la falta de costumbre obliga a este empresario a hacer un esfuerzo extra por demostrar a los clientes potenciales que es seguro pagar una cantidad elevada de dinero por una joya a través de la Red con total tranquilidad. Si no están satisfechos, pueden retornarla sin problema. Aunque lo cierto es que no lo hacen. «Las piezas de más precio normalmente no se devuelven», matiza.

La joyería tiene la suerte de no necesitar vender una emoción añadida a la que ya tiene de por sí el producto, pero sí es importante extender el momento especial a todo el proceso de compra. «Las redes sociales hacen que, por ejemplo, una persona que te sigue desde hace tres años te compre de repente un día un producto. Es una mezcla de buen trabajo y de satisfacción», explica.

Por eso miman especialmente al cliente. No solo antes y después, sino durante la compra. «Que se sientan muy bien atendidos y si la persona necesita dos horas para decidirse por algo, que no se note que te llevó dos horas, porque lo que no puedes es meterle prisa a la gente. Y si decide que no está segura o no lo tiene claro, hay que darle todas las facilidades para que vuelva. Sé que hay sitios en los que no dejan a los clientes sacar una foto del producto; nosotros les ponemos un set», señala.