Patatas gourmet de emprendedores gallegos

MERCADOS

JOSÉ PARDO

Las bolsas de «A casa vella» llevan un producto frito de forma artesanal en una sartén con aceite de oliva virgen extra. La fábrica está en un polígono de Fene

01 ago 2016 . Actualizado a las 17:20 h.

Se quedó en paro. Y decidió poner en marcha un proyecto empresarial aprovechando sus conocimientos. Pura Rodríguez y otros tres emprendedores gallegos quisieron aprovechar su experiencia en el sector de la distribución alimentaria, apostar por Galicia y poner en el mercado un producto novedoso. Así es como nació A casa vella, una marca de patatas fritas diferente al resto: hechas en sartén, con aceite de oliva virgen extra, de forma artesanal, condimentadas con sal del Valle de Añana y envasadas en una atmósfera protectora. La fábrica está en Fene, en el polígono de Vilar do Colo, y el proyecto empresarial, que enrola a seis trabajadores, arrancó hace ahora 15 meses.

«Una vez que la idea estaba madurada empezamos a investigar sobre los distintos tipos de fritura, visitando fábricas de patatas fritas por toda España. Como nuestro objetivo es la calidad, elegimos el método de fritura artesana o en sartén, que se contrapone al industrial utilizado por las grandes marcas. Una de sus principales diferencias es que la fritura en sartén no necesita que se laven las patatas una vez cortadas, lo que mantiene el sabor de la patata», explica Pura.

Los cuatro emprendedores gallegos que han creado A casa vella pusieron un especial cuidado en la elección de la materia prima y de los productos para elaborar las bolsas; de ahí que hayan elegido una variedad de los mejores aceites de oliva virgen extra (Picual y Hojiblanca) y una de las mejores sales del mundo, la del valle de Añana, según el criterio de los mejores cocineros del mundo.

Para la comercialización de A casa vella, los emprendedores gallegos han apostado por el desembarco en las principales cadenas de distribución: Vegalsa-Eroski, Supermercados Familia, Carrefour, Supermercados Champión, Grupo Supeco Maxor, Alcampo, El Corte Inglés, Supercor, Hipercor, Grupo Cuevas, E.Leclerc, Alimentos El Arco y Economato Navantia son algunos de los puntos donde se encuentran estas patatas fritas. Este apoyo de la mediana y gran distribución es el que le ha permitido a la marca estar presente en todo el territorio nacional, incluidas las tiendas gourmet.

«Una de nuestras últimas alegrías ha venido de parte del blog de Isabel Coixet, directora de cine y bloguera, que compró nuestras patatas en una tienda de productos gallegos de Barcelona y escribió en su blog: ¡A Casa Vella: The best chips ever!», recuerda entusiasmada Pura Rodríguez.

El diseño

La empresa ha empleado también una estrategia cuidada en el diseño de las bolsas que envuelven el producto, en las que se evocan tiempos pasados y recuerdos de la infancia, tal y como subrayan los emprendedores. Cada envase lleva impresa una foto. Y A casa vella juega con seis imágenes diferentes, cuatro para las bolsas con sal y dos para las que no llevan condimento.

«Siempre tuvimos claro que queríamos acordarnos de las pequeñas freiduras de patatas de barrio, de las fiestas y verbenas donde por muy poco nos llenaban un cucurucho de papel de patatas fritas recién hechas en unas grandes sartenes; recuerdos y vivencias que queremos reforzar con nuestros envases, en los que hemos utilizado fotos de tiempos pasados, de veranos que pasábamos en la aldea de nuestros abuelos, con nuestras familias», dice Pura Rodríguez.