Reino Unido: Fiebre por la producción de vino

Rita Álvarez. Corresponsal en Londres

MERCADOS

Los británicos demandan caldos tranquilos y espumosos que salen de los viñedos del corazón del Reino Unido. Las cosechas están condicionadas a un clima no siempre favorable

12 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el viñedo de Renishaw Hall en North Derbyshire, el productor de vino Kieron Atkinson enseña a Lesley Stanley a podar las parras en uno de los viñedos más al norte del Reino Unido, con 40 años de historia. Ahora, el país vive una auténtica fiebre por la producción de vino, en especial los espumosos.

Tras participar hace cuatro años en unos tours que organiza Atkinson, Stanley decidió este mes hacerse voluntaria de este viñedo un par de veces por semana al retirarse y tener más tiempo libre. «Es un lugar increíble, lleno de paz y muy interesante», cuenta a La Voz con una sonrisa de oreja a oreja.

Ahora, Atkinson explica como las visitas de esta temporada regresan a partir de este fin de semana, con una duración de hora y media, para aprender cada detalle de la elaboración del vino. Los orígenes de Renishaw Hall se remontan a 1972, pero en la actualidad se centran en la producción de espumosos blancos y rosados, de las variedades de uva Seyval y Madeleine.

«Cuando empecé aquí, teníamos alrededor de una docena de personas en los itinerarios, ahora ya hay más de 30», destaca Kieron. «En cada uno, hay personas a las que les resulta fascinante que haya un viñedo en esta parte del mundo».

Atkinson no siempre se dedicó a la producción de vino. Durante nueve años trabajó en la Armada británica, pero todo cambió en el 2010, cuando decidió fundar el English Wine Project, tras cursar el único curso de producción vinícola que existe en Reino Unido, en la Universidad de Plumpton.

Kieron explica el histórico crecimiento que ha vivido el lugar desde que se hizo con el mando hace cuatro años, reconociendo como en parte ha sido por las apariciones en prensa, en el programa Countryfile de la BBC y las exportaciones a Tailandia y otros mercados. También porque su estrategia pasa por centrar su venta y promoción en ciudades pequeñas y medianas de los alrededores, como Leeds, York, Sheffield y Chesterfield, donde los ciudadanos empiezan a sociabilizar con un vaso de vino y no solo a base de sidra o cerveza.

Este británico reconoce que hay ser realistas con lo que puede lograr con el clima británico, explicando como dos de cada diez cosechas pueden verse afectadas por el mal tiempo. Así, fija su mirada en el modelo y transformación vinícola que vive Nueva Zelanda en los últimos 40 años y no en otros mercados más tradicionales y afianzados como España y Francia.

El ejemplo de Renishaw Hall bien puede describir la marcha de vino espumoso inglés, con un crecimiento imparable en la producción y el consumo. De hecho, en los últimos siete años la cantidad de tierra dedicada a viñedos se ha duplicado y la producción de vino aumentó un 43 % el año pasado.

En concreto, la región vinícola de Reino Unido se sitúa ahora por encima de 2.000 hectáreas y ya hay 470 viñedos en Inglaterra y Gales. Así, es significativo que el tamaño medio de un viñedo es cada vez mayor, lo que refleja su creciente éxito comercial.

Las cifras sobre la cosecha del 2014 recopiladas por la Agencia de Estándares Alimenticios de Reino Unido, revelan un récord de producción de 47.433 hectolitros de vino, el equivalente a unas 6,3 millones de botellas, de los que dos tercios serían vino espumoso.

«Los dos últimos años han proporcionado excelentes condiciones de crecimiento de nuestras uvas -buen tiempo de floración y un verano caliente-. Los viñedos han producido algunas uvas de muy buena calidad y volúmenes de vinos tranquilos y espumosos», subraya Stephen Skelton, un consultor de vinos.

Eso no quita de que siga el amor inglés por el vino espumoso francés. Así, se importaron casi 33 millones de botellas de champán el año pasado, siendo el segundo mayor mercado de champán del mundo fuera de Francia.