Galicia: en la cabeza del ajuste y a la cola en el crecimiento

MERCADOS

Juan Salgado

Cierra el último lustro como alumno aventajado en consolidación fiscal, pero entre el grupo de autonomías con peor balance de la economía y del empleo. El gran problema: el débil consumo 

24 abr 2016 . Actualizado a las 12:26 h.

A lo largo del último lustro, coincidiendo con el buen desempeño en el cumplimiento de las reglas de equilibrio contable y la consolidación fiscal, Galicia ha obtenido una mala puntuación en crecimiento económico y en la evolución del empleo. Tanto, que según los datos del INE, se sitúa entre las comunidades con una peor evolución: entre los años 2010 y 2015, la variación media del PIB fue de un 0,62 % negativo, peor que la media española (-0,17 %) y entre las seis autonomías con una nota más baja. La media está distorsionada por los años más duros de la crisis, pero da cuenta de que la comunidad se ha ido alejando del objetivo de convergencia.

En este escenario de una recuperación económica que para algunos tiene los pies de barro, vuelve al primer plano de la actualidad hasta qué punto estamos obviando un principio que, en economía, parecía incuestionable: la necesidad de que en tiempos de contracción de la demanda privada el sector público pueda ejercer un papel tractor para reactivar la economía. Santiago Lago Peñas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, llama a la prudencia en su análisis. «No existe una correlación ni positiva ni negativa entre el déficit y el crecimiento; ahora bien, tenemos que ser prudentes con la retórica de la austeridad porque algunas medidas, como la supresión de las pagas, por ejemplo, sí ha frenado el consumo de las familias, y esto es lo que explica el peor desempeño de Galicia respecto a la media del Estado durante el 2014», subraya.

España adoptó en los años 2008 y 2009 medidas fiscales expansivas, y en gran parte, agotó el margen de maniobra, con muy pocas balas en la recámara. Llegados a este punto, son muchos los que consideran que no había más opciones que aplicar un duro ajuste en el control del gasto público. En realidad, las comunidades que ahora están incumpliendo el déficit no lo hacen porque hayan aplicado o  estén poniendo en marcha medidas expansivas. 

En estas circunstancias, el comportamiento diferencial negativo de Galicia respecto a España habría que buscarlo en algunas medidas de ajuste del gasto público, como los sueldos de los funcionarios, pero también en el conjunto de la capacidad de consumo de los hogares, una variable que representa dos tercios del PIB; aquí ha influido la reforma laboral, con efectos en toda España, pero sobre todo una estructura empresarial en Galicia menos enfocada a actividades de mayor valor añadido, lo que tiene incidencia en los salarios y, en consecuencia, en la capacidad de gasto de las familias. Fernando González Laxe, catedrático de Economía Aplicada, cree que hay que distinguir dos períodos desde el 2010. «La crisis ha tenido una forma de doble uve, y en la primera recesión, donde salimos mejor parados que la media española, los gallegos consumimos más porque tiramos del ahorro con la expectativa de que era una crisis a corto plazo; no fue así, y en la segunda recesión nos encontramos con menos capacidad de consumo y, lo más importante, viendo cómo no tiraba del carro para compensar ni la inversión privada ni la pública», detalla.

El profesor Venancio Salcines, de Escuela de Finanzas, considera sobre este escenario económico, que el diferencial entre ambos indicadores respecto a España hay que buscarlo en un consumidor con menos poder adquisitivo, más envejecido, y también «en el comportamiento del gasto de las administraciones públicas, con peor evolución en las comunidades cumplidoras».

Facenda sostiene que haber hecho los deberes es lo que permite ahora crecer mejor

Desde la Xunta consideran que el análisis del último lustro debe hacerse atendiendo a cómo ha sido la evolución del crecimiento económico de Galicia y, concretamente, cuál ha sido el balance con el que ha cerrado el último año. «Galicia é a proba de que a estabilidade, o rigor, e a boa xestión dan os seus froitos, e de que o cumprimento do déficit non é un atranco para crecer: por iso a comunidade acadou no 2015 un crecemento do PIB do 3,2 %, o máis alto dos últimos oito anos e ao mesmo nivel que o conxunto de España», explican desde el departamento que lidera Valeriano Martínez

Facenda insiste en que Galicia apuesta por un modelo de crecimiento basado en no gastar más de lo que ingresa sino en avanzar desde la estabilidad, para consolidar un crecimiento de bases sólidas. Desde la Xunta recuerdan que los ciudadanos deben saber que el control de las cuentas ha permitido blindar el gasto social y preservar la autonomía financiera de la comunidad.

«Gracias ao control do déficit, Galicia vai ter 3.000 millóns menos de débeda, o que suporá este ano un custe adicional de 85 millóns de euros que agora os galegos evitan pagar», explica Facenda.

El impacto

La Administración gallega recuerda que el control del déficit y de la deuda permitirá que este año Galicia sea la comunidad que haga un mayor esfuerzo inversor, al tiempo que incrementa este ejercicio el gasto social en sus presupuestos en 300 millones de euros y ha aprobado la mayor rebaja fiscal en la historia de la autonomía (IRPF, sucesiones e impuestos cero en el medio rural).

Sin embargo, a nivel de todo el Estado, se ha abierto un debate con las comunidades cumplidoras. «En España se está dando la paradoja de que el Gobierno está utilizando el menor coste de su financiación en los mercados para financiar a coste cero a las comunidades que no ha cumplido con los objetivos: dicho de otra forma, se está penalizando a las autonomías que han hecho los deberes y rescatando al resto; por eso el conselleiro, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, está pidiendo que haya algún tipo de premio», explica el profesor Venancio Salcines, presidente de Escuela de Finanzas.