Solo dos países europeos disfrutan del pleno empleo que ya roza EE. UU.

Gabriel Lemos REDACCIÓN

MERCADOS

Juan Salgado

Alemania y la República Checa han situado la tasa de paro por debajo del 5 %; Grecia y España aún superan el 20 %. El desempleo estructural en España supera el 17 %, según algunos estudios

17 ene 2016 . Actualizado a las 13:40 h.

El pasado fue un año casi récord para el mercado laboral en Estados Unidos. Los 2,65 millones de empleos que creó la primera economía del mundo rebajaron la tasa de paro hasta el 5 %, cifra que habitualmente se considera la barrera del pleno empleo. La buena salud del mercado laboral fue, de hecho, uno de los argumentos definitivos que convencieron a la Reserva Federal, el banco central estadounidense, de que había llegado el momento de empezar a retirar los estímulos y elevar los tipos de interés por primera vez desde junio del 2006.

Pero el dato demuestra, sobre todo, que en la carrera de la recuperación Europa se ha quedado atrás. Las políticas monetarias expansivas, que la Fed adoptó en el 2009, el año en el que el paro en el país tocó techo (llegó al 10 % en octubre de ese año), no fueron secundadas por el Banco Central Europeo hasta enero del 2015, cuando anunció una compra masiva de bonos para anestesiar a los mercados. Hasta entonces, las únicas armas para luchar contra la crisis de deuda soberana -que, agravada por los problemas en la gobernanza económica de la Unión estuvieron a punto de hacer saltar por los aires el proyecto de la moneda común- habían sido los hechizos verbales de Draghi, como aquel famoso «haré todo lo que haya que hacer» pronunciado en julio del 2012.

Por eso, mientras en Estados Unidos se empezaba a crear empleo, el paro en la UE siguió repuntando hasta la primavera del 2013, cuando llegó a situarse en el 11 % de la población activa. Dos años y medio después, y pese a la mejoría del mercado laboral, la brecha respecto a EE. UU. no solo no se ha reducido, sino que se ha ensanchado, y solo dos países pueden comparar su situación a la de aquel país. Son Alemania y la República Checa, los dos únicos Estados miembros que disfrutan también de pleno empleo, con un 4,5 y un 4,6 % de paro, respectivamente. En su caso, además, el mérito es doble, puesto que han alcanzado tasas inferiores a las que registraban al inicio de la crisis.

No es el caso de España que, pese a la reducción de los últimos meses, se mantiene como el segundo país de la UE con mayor volumen de desempleo, un 21,4 %, una cifra solo superada por Grecia (24,5 %), pero que es dos puntos inferior a la de hace un año. Y es que, en solo doce meses, más de medio millón de personas abandonaron las listas del paro.

Con estos datos, ¿es realista pensar que se pueda alcanzar el pleno empleo en España? Si entendemos este como una tasa de paro por debajo del 5 %, como se ha aceptado tradicionalmente, la cosa pinta difícil. En primer lugar, por el elevado nivel de desempleo estructural en nuestro país, aquel que no depende de los vaivenes de la economía sino de la estructura productiva del país y que algunos organismos, como el BBVA han estimado que se situará entre el 17 y el 18 % aun cuando se consolide la recuperación. Y, por otro, por los efectos colaterales de la creación de empleo en otras variables como la inflación.

Empleo y precios

De hecho, los economistas manejan otro concepto: el de la tasa de paro no aceleradora de la inflación (Nairu, por sus siglas en inglés). Esta sería la proporción de desempleo que habría que sostener en una economía para mantener a raya la evolución de los precios dentro de los límites que los bancos centrales consideran aceptables (un crecimiento en el entorno del 2 % anual, según el mandato del BCE), al entender que una creación excesiva de empleo elevaría la presión de la demanda sobre los precios y podría disparar los salarios. Esa tasa Nairu varía sensiblemente en función de la realidad de cada mercado laboral y, así, en el caso de España, el prestigioso instituto económico alemán IFO la sitúa actualmente en el 21,4 %, el mismo nivel del desempleo real, mientras que en Alemania sería del 6,3 %, casi dos puntos por encima de la tasa que se registra actualmente en el país. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, cuya tasa de paro real se ha situado ya por debajo de la Nairu estimada por la Reserva Federal y el propio IFO.

Y, sin embargo, la inflación sigue contenida, gracias en parte a factores externos como el desplome del precio del crudo. Vientos de cola que hacen que muchos economistas defiendan que todavía queda un trecho para llegar al pleno empleo, incluso en países que llevan una cabeza de ventaja en la recuperación.

Pero, ¿qué efecto tiene el pleno empleo en el mercado laboral? En Estados Unidos han puesto la lupa en las últimas semanas en el caso de Nebraska, donde el presidente Obama ha iniciado una gira para defender su legado y en cuya capital, Lincoln, el paro ha caído hasta el entorno del 2 %. ¿La consecuencia? Los salarios han crecido una media del 10 % en el último año, cinco veces más que en el conjunto del país. Tasas que, en España, de momento son solo una quimera.