El mundo ha perdido un 60% de especies animales en los últimos 40 años

Europa Press

SOCIEDAD

FELIPE TRUEBA | Efe

La contaminación y la industria alimentaria son las principales razones de esta disminución

27 oct 2016 . Actualizado a las 15:30 h.

El mundo ha perdido el 58% de sus vertebrados (aves, mamíferos, peces y reptiles) entre 1970 y 2012, según el «Informe Planeta Vivo 2016» publicado este jueves por WWF a partir del estudio de 14.152 poblaciones de 3.076 especies de vertebrados de todo el planeta. La reducción se ha producido especialmente en los vertebrados que viven en hábitats de agua dulce como cuencas de ríos, humedales y lagos, entre los que la reducción de individuos de estas especies durante los últimos 42 años alcanza el 81%, según WWF. Entre los vertebrados terrestres, la reducción se sitúa en un 38% y entre los vertebrados marinos, en un 36%.

Aún así, los autores puntualizan que estos índices (que se corresponden con lo que la organización denomina Índice Planeta Vivo - IPV) responden a una visión global de las especies, lo que significa que pese a la reducción generalizada hay algunas especies que han incrementado el número de individuos, como es el caso de algunos de los grandes vertebrados de Europa como el lince, el oso pardo o el lobo. Además, el rango de confianza del estudio permite unos límites de confianza que van desde un rango del 48% al 66% en la reducción general de población de vertebrados en el planeta.

Según los responsables del informe, pese a que la merma de individuos de las especies se ha reducido en algunos ámbitos gracias a las medidas de reintroducción de especies, control de la explotación de recursos marinos y rehabilitación de hábitats en algunos puntos del planeta, la proyección de la tendencia actual a futuro indica que, de no producirse una «aceleración» de estas medidas, en 2020 el IPV alcanzará el 67%. «Dos terceras partes de las poblaciones de individuos vertebrados habrán desaparecido», ha asegurado el responsable de Conservación de WWF España, Enrique Segovia, quien se ha mostrado convencido de que, pese a que algunos indicadores de impacto sobre el planeta «generan incertidumbre», todavía «hay tiempo» para revertir la extinción y reducción de la población de especies de vertebrados todavía existentes.

Sin embargo, la organización pone de relieve que, para terminar con la destrucción de las poblaciones animales del planeta y asumir un estilo de vida sostenible es necesario dejar de «consumir el capital natural» del planeta y ajustar el modo de vida a un ritmo de consumo ajustado a los recursos que el planeta es capaz de regenerar.

La contaminación y la destrucción de ecosistemas como principales amenazas

Según el estudio, la principal amenaza para las poblaciones de las distintas especies de vertebrados consiste en la pérdida y degradación de sus hábitats, ligada directamente a la actividad humana a través de a eliminación, disminución o explotación de los recursos clave de sus ecosistemas. Concretamente, la industria alimentaria (especialmente en la agricultura destinada al consumo humano y animal) es la actividad que más influye en la reducción de la población de especies tanto a través de la destrucción de sus hábitats como mediante la «sobreexplotación» de especies en libertad, especialmente en el medio marino.

En este último caso (la explotación de especies marinas), Segovia señala cómo la reducción de las poblaciones amenazadas ha experimentado una ralentización que, a su juicio, se debe a las medidas de control de las cantidades de pesca implantadas a partir de finales de los años 90. Sin embargo, otras actividades como la agricultura, la tala de árboles, el transporte, la construcción residencial, la minería y la producción energética representan también una amenaza para las demás especies de vertebrados cuando no se realizan de forma sostenible y suponen un impacto decisivo de cara a las condiciones de vida necesarias para cada especie en un territorio.

Además de la destrucción de hábitats, el informe señala a la contaminación como uno de los efectos más decisivos en la reducción de la población de vertebrados, al convertir el entorno en el que viven en un «medio inadecuado para su supervivencia» o al afectar a su reproducción y a la disponibilidad de alimentos.