Mar «alerta dos bandazos» en un «brexit» en el que incluye flota de Malvinas

Con el reloj corriendo en contra, continúan las negociaciones entre la UE (Unión Europea) y el Reino Unido para un brexit en el que la pesca ha cobrado una relevancia inédita. De ese divorcio habló ayer Rosa Quintana, conselleira de Mar, con dirigentes de los puertos de Celeiro y Burela, donde se concentra gran parte de la flota española de Gran Sol. Comparten la «especial importancia» para Galicia de una salida pactada, pero mientras la consellería incluye en la negociación a barcos de capital gallego que operan en Malvinas, armadores de Celeiro recuerdan que esos buques faenan bajo la bandera de ese territorio británico de ultramar y que nunca los ha regulado la política comunitaria.

Por ese último motivo y otros, los contrarios a incluir a la flota de Malvinas en las negociaciones del brexit le aplican un criterio distinto a la treintena de barcos propiedad de gallegos de bandera británica que pescan en aguas del Reino Unido.

Recursos y mercados

Excepto con Malvinas, sector gallego y autoridades autonómicas reman juntos, igual que en España y la UE. El objetivo sigue siendo un pacto que vincule el del sector al general, de tal modo que la flota de los Veintisiete pueda seguir faenando en aguas británicas con unas condiciones similares a las actuales. Desde Mar ponen el acento en el criterio que defiende la UE, según el cual «a actividade extractiva queda ligada ao acceso mutuo aos recursos, ás zonas pesqueiras e ao mercado».

Con todo, la consellería alerta «dos bandazos» en el proceso y, lamentándolos, aboga por «un acordo a longo prazo que garanta a estabilidade do sector». Entre otras razones, porque solo la «incerteza actual» por el desenlace de las conversaciones ya «complica a planificación da actividade» de los armadores de la flota de Gran Sol.

«Estar alerta»

Mar aboga por «estar alerta» ante las negociaciones. Entre otros motivos, por las repercusiones sobre la flota de capital gallego. Este miércoles, en Burela y Celeiro, la consellería se remitió a las conclusiones del último informe que le encargó al Instituto Universitario de Estudos Europeos Salvador de Madariaga.

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