Patrocinado porPatrocinado por

«No porto de Malpica hai unha mafia»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

SOMOS MAR

Jose Manuel Casal

La tensión es palpable en la dársena tras una pelea con varias personas implicadas el pasado viernes en la zona del martillo

15 jun 2017 . Actualizado a las 09:54 h.

La tensión era palpable este martes por la noche en el puerto de Malpica. El muelle, como viene siendo habitual desde hace muchos años, estaba abarrotado de pescadores. Pero nadie quería dar su versión de lo que está pasando. Y mucho menos facilitar su nombre. Fue ver a un fotógrafo y un periodista y alguno se puso la capucha de su sudadera para tapar su rostro. El que más y el que menos tenía miedo a posibles represalias por dar su versión de lo que ocurre desde hace varios meses. Algunos aficionados estaban con un ojo puesto en la potera y el otro mirando hacia el muelle. No vaya a ser... «Por aquí pasa xente que se dedica toda a noite a pasear, ver que falamos, que collemos, que tipo de potera temos. Veñen investigar para dicirllo aos outros», aseguró un pescador que, como el resto, se niega a identificarse por miedo de acabar un día en el mar.

Todo este ambiente enrarecido tiene su origen en una trifulca entre pescadores de Carballo y de A Coruña. La gota que colmó el vaso fue la pelea protagonizada el pasado viernes por la noche en la zona del martillo. Se trata de la punta del muelle malpicán, que concentra la mayor parte de los aficionados al calamar de potera.

Esta pelea, con al menos siete implicados, finalizó con tres partes de lesiones y cuatro denuncias ante la Guardia Civil de Carballo y la Policía Nacional de A Coruña. Por un bando estarían hombres y mujeres residentes en Carballo con vínculos familiares y afectivos. Por el otro, pescadores de A Coruña. Y de trasfondo, la supuesta venta fraudulenta de calamar a hosteleros y de anzuelos a particulares y tiendas especializadas.

«No porto de Malpica hai unha mafia. Adícase a vender poteras entre 15 e 20 euros e chegaron os da Coruña con poteras a 10 euros e rebentaron o mercado. E claro, os outros non ían consentilo». Lo que empezó con advertencias y amenazas, concluyó con una pelea, en la que uno de los implicados, vecino de A Coruña, denunció haber sido brutalmente agredido por cinco personas. En medio de esta trifulca estaría un agente de la Policía Local de Carballo, que pesca calamar. El agente aseguró que fue a mediar para que «no lo mataran». Una versión que corroboró este martes un vecino de Malpica presente en el puerto: «Senón é polo municipal, ao rapaz mátano, seguro». Y añadió: «Colle máis luras cos de Carballo e emprega mellores poteras e claro a xente cómprallas a el e os de Carballo non o ían consentir». El vecino de A Coruña aseguró ayer que cogerá la baja porque persisten los fuertes dolores en la cadera. Insistió en que no piensa regresar a Malpica: «Tengo miedo a que me vuelva a dar una paliza». Otro presente, que el viernes no fue a Malpica por motivos personales, cree que si llega a ir también le zurrarían: «Téñoo moi claro. Tamén esperaban por min». Estas trifulcas no parecen ser nuevas. Otro aficionado, que tampoco se identificó, denunció amenazas y encontronazos en la zona del martillo: «Esto lo provocan los de Carballo. Es gente conflictiva y peligrosa. Tenemos familias y no queremos dar la cara. Tenemos miedo y más que perder que ganar».

Uno de los muelles más concurridos de la Costa da Morte y de la provincia

Jose Manuel Casal

El puerto de Malpica es uno de los más concurridos de la Costa da Morte y de la provincia. Eso es lo que aseguraron este martes por la noche varios aficionados. Entre sus características principales destaca el ser una dársena abierta al mar y con mucha corriente lo que favorece la presencia de bancos de calamares. Su buena iluminación, sobre todo en la zona del martillo, es un atractivo adicional para los pescadores deportivos, que se pueden llevar para casa varios kilos de chipirones y calamares en una sola noche. Estos atractivos convierten al puerto en foco constante de amenazas y conflictos «dende hai moitos anos», apuntó un pescador. No es la primera vez que «aparecen coches coas rodas pinchadas ou coa chapa raiada», denuncian.