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«Las medidas técnicas no pueden ser obstáculo para la actividad pesquera»

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

XOAN A. SOLER

El informe de Mato ha recogido prácticamente todas las aportaciones que ha hecho la pesca gallega al reglamento

04 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la segunda vez, desde que se le asignó la redacción del informe del Parlamento Europeo sobre el reglamento de medidas técnicas del Ejecutivo comunitario, que el eurodiputado del PPE Gabriel Mato (Madrid, 1961) desembarca en Galicia para recoger la sensibilidad de todo el sector pesquero sobre las normas y disposiciones que habrán de atender a la hora de desarrollar la actividad. Y tanto en agosto como el viernes pasado se llevó una lista de aportaciones para un texto que se someterá a la aprobación de la Comisión de Pesca de la Eurocámara en julio, y que afrontará su verdadera prueba de fuego en septiembre, cuando se someta a la decisión del pleno del Parlamento Europeo.

-¿Qué probabilidades hay de que su informe sea aprobado?

-Yo soy siempre optimista y, además, trabajo en base a la ilusión que tengo, y por eso pienso que lo podemos aprobar. No exactamente como está ahora, por supuesto. Hay una serie de cuestiones que veo extremadamente difícil que se acepten. Es el caso de los objetivos cuantificables que quiere la Comisión. Lo que esta llama ‘metas’ y que yo denomino de otra manera: los ‘indicadores de eficacia’. El Ejecutivo está de acuerdo en que es difícil justificar con argumentos por qué se fija el límite de capturas de peces por debajo de la talla mínima en el 5 %, pero no quiere renunciar a esos objetivos cuantificables. Tiene cierta fijación. Frente a eso, está el rendimiento máximo sostenible (RMS), un parámetro recogido en la política común de pesca (PCP). Y esa es una enmienda que voy a introducir en mi propio reglamento para mejorarlo. Lo que podemos hacer es, en base a los informes de evaluación que hace la Comisión, examinar cómo evolucionan los descartes y sobre eso, actuar. Es un indicativo perfecto, porque de la otra forma estás marcando un 5 % cuando en unas especies podrá no superarse, pero en otras es imposible.

-¿Pero en Bruselas no se dan cuenta de que es imposible evitar que entre una cifra concreta de «pezqueñines»?

-¡Claro que es un disparate! Y cuanto más lees el artículo, más te das cuenta de que no ofrece ningún argumento para ese 5 %.

-¿No es eso la prueba de que se hacen demasiadas normativas en despachos sin conocer el sector?

-Yo lo he hecho sobre una mesa en un despacho, porque es donde tengo que hacerlo, pero lo he hecho hablando con absolutamente todo el mundo. No se puede dar un tratamiento homogéneo a especies distintas. Habrá casos que se podrá cumplir ese 5 %, pero los habrá también en los que no. Por eso lo más sensato es lo que nosotros proponemos: reducir las capturas por debajo de la talla mínima. Pero ahí vamos a tener discusión con la Comisión.

-¿Qué otros aspectos habrá que pelear?

-Eso, y también lo que figura en los anexos. Si no entramos en una gran discusión en enmiendas sobre los anexos, [que es donde figuran cuestiones como las dimensiones de las mallas] podremos salir muy bien parados. Yo primero he intentado mantener el statu quo y, después, acercarme lo más posible al acuerdo con el Consejo. La Comisión, a su vez, se ha aproximado más a la posición del Consejo, con lo cual ya tenemos una postura muy cercana. Hay alguna cuestión en la que no queremos mantener la situación actual, que es con el gallo, un guiño claro a Galicia. Pedimos reducir la malla de 120 a 80 milímetros. Y lo demandamos con los argumentos que me han dado y he podido aportar. Por lo demás, no hay tanto problema.

-Ha dicho que ha sido uno de los informes más difíciles que ha tenido que elaborar.

-Sí, llevamos año y pico trabajando con él. El propio Consejo también ha tardado mucho. ¿Por qué? Porque estamos aunando 33 reglamentos. De lo que tratamos primero es de simplificar, pero la simplificación no puede ser que cada uno haga lo que quiera, evidentemente; ni inventar reglas nuevas, sino adaptar y actualizar las que tenemos para ponerlas en vigor. Y después está la regionalización. Hay unas reglas básicas, comunes, pero después hay que atender a las especificidades por zonas. Y la regionalización tampoco se trata de que Galicia, por ejemplo, haga lo que quiera. No. Se trata de un grupo de países que hacen sus propuestas de gestión a la Comisión. Si luego se ve que las cosas no están funcionando, hay un maravilloso mecanismo, que nosotros incluimos en las medidas técnicas, y que son los planes de gestión multianuales. Mediante esos planes, se pueden actualizar y reformar legalmente las medidas técnicas, pero por la vía de la codecisión entre Parlamento, Consejo y Comisión. Tratamos de que no haya tantos actos delegados y se vaya más hacia los planes plurianuales. -La pesca gallega parece satisfecha con el informe. ¿Y los demás? -He hablado con la ponente del grupo socialista y me dijo que le gustaba el informe y que iba a presentar muy pocas enmiendas, solo algunas en relación con el Mediterráneo (es italiana). Hay otros grupos que quieren otra cosa totalmente distinta, pero los debates que hemos tenido en la Comisión de Pesca no han ido del todo mal y aprecio que hay una aceptación amplia de este informe. Creo que es bueno que salga del Parlamento un acuerdo sólido y ese acuerdo sólido debe pasar por un objetivo fundamental, y es que las medidas técnicas no pueden ser un obstáculo para la actividad pesquera. A veces, la propia legislación se convierte en un obstáculo. Y no estoy dispuesto a aceptar eso.

«Hay que buscar el equilibrio»

Otro empeño personal de Mato en el informe ha sido poner los objetivos socioeconómicos al mismo nivel que los medioambientales: «No entiendo esas posiciones que solo quieren más y más peces. Vale, pero yo también quiero tener barcos pescando».

-¿Por qué esa sensibilidad hacia lo social que sí se aprecia en la Comisión de Pesca no cala en el resto de la Eurocámara?

-Yo siempre digo que no se puede estar solo hablando de medio ambiente; falta el otro medio, ¿no? Todos queremos unos mares en buen estado y el mejor medio ambiente posible para dejárselo a nuestros hijos, ¡sin duda alguna! Pero también hay que preocuparse de que los pescadores, que tienen muchos empleados, puedan seguir trabajando. ¿Es incompatible? No. Hay que buscar el equilibrio entre esos objetivos medioambientales y los socioeconómicos. Tienen que estar al mismo nivel. A mí, si tú respetas mucho el medio ambiente, pero la gente se muere de hambre, no me sirve. Como tampoco me sirve que la gente gane mucho dinero a costa de cargarse el medio ambiente. Hay que buscar el equilibrio.