El Gobierno, sorprendido por la rapidez del pacto con Anesco, que seguirá como patronal
24 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Si no se tuercen las cosas, la paz social podría retornar a la semana próxima al sector de la carga y descarga de mercancías en los puertos. Así lo apuntó este martes el responsable de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), Antolín Goya, tras lograr un «espaldarazo unánime» de la asamblea de esta central, mayoritaria en la representatividad de los estibadores. En dicha reunión, sus delegados debían decidir si respaldaban el principio de acuerdo alcanzado el lunes entre las centrales sindicales y la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques (Anesco), que en grandes líneas garantizaría la continuidad de las plantillas actuales a cambio de elevar la productividad. El mismo trámite siguieron en UGT y CC. OO., con idéntico resultado de apoyo. Por su parte, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se mostró sorprendido porque «no esperaba tanta rapidez» para que llegaran a un pacto.
La duda residía en si Anesco iba a seguir ejerciendo como organización empresarial representativa del sector, dado que algunos socios habían pedido que se desvinculara de ese papel y, por tanto, que no estuviera en condiciones de firmar acuerdos sobre la negociación colectiva. Al final, en otra asamblea también celebrada este martes durante más de tres horas, una mayoría de sus miembros votó a favor de continuar como patronal ante la necesidad de «mantener abiertos espacios de diálogo».
En medio de ello, la Plataforma de Inversores en Puertos Españoles (PIPE), el lobby que agrupa a las concesionarias de terminales (Noatum, OHL Concesiones, Algeposa, Boluda o Bergé), criticó de forma velada el papel de Anesco por su supuesta debilidad. Así, tras lamentar que el decreto de liberalización aprobado por el Congreso «no cumple de forma satisfactoria» su pretensión de «flexibilizar la estiba», reclama al Gobierno que la negociación colectiva vaya al margen del desarrollo reglamentario de dicha norma, «dada la demostrada situación de indefensión de los empresarios frente a los estibadores y sus medidas de presión». Dicha vinculación, sin embargo, fue la solución adoptada por el Gobierno para que la garantía de continuidad en el empleo que reclaman los estibadores no se recogiera de forma expresa en su texto. De hecho, en el principio de acuerdo que suscribieron el lunes con la patronal se modifica alguno de los puntos del decreto. En concreto, se incluye el compromiso de que «durante el período de negociación se continuará contratando al 100 % de los estibadores portuarios, y no el 75 % como indica el real decreto ley (por un año)». Con ello, las concesionarias solo firmarían con personal de los nuevos Centros Portuarios de Empleo o de las actuales Sociedades Anónimas de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep), que deberían extinguirse en 3 años.
Sin imposiciones
Desde la Coordinadora, Goya quiso dejar claro que «no sería una imposición». En caso de que al final se apruebe, su pretensión es que luego se incluya en el nuevo convenio algo a lo que en el Ejecutivo no ven a priori objeciones legales, al ser fruto de un pacto entre las partes. Eso sí, a cambio de ese «compromiso de estabilidad con los empleados», los sindicatos han aceptado otros puntos que, en lo esencial, ya consensuaron en marzo.
Su principal cesión es una rebaja salarial del 10 % para los sueldos superiores a 2.230 euros al mes (tres veces el salario mínimo), con un 5 % extra. También asumen mayor flexibilidad en la organización del trabajo, cambios de turno y disponibilidad laboral.
Patronal y sindicatos volverán a verse las caras el 1 de junio, tras intercambiar propuestas. «Vamos con la intención de cerrar el acuerdo el jueves o el viernes», dijo Goya. De ser así, también desconvocarían los tres días de paro pendientes.