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El bonito del norte que llega del sur

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Pescaderías gallegas venden en fresco «Thunnus alalunga» capturado con caña en las aguas anexas a las islas Canarias

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Bonitoooo? ¿Del norteeee? ¿Frescoooo? ¿A estas alturas del añooooo? Pues sí. «Bonito eees», que decían Los Sencillos en aquella canción de los noventa. Sin trampa ni cartón. El Thunnus alalunga, ese detrás del que zarpan allá por junio los boniteros de todo el Cantábrico y que en Galicia ha dado merecida fama a Burela, ya está en los mostradores de las pescaderías mientras la flota cántabra sigue aún afanada en merluza, jureles o xardas.

En rodajas, en lomos e, incluso, entero, hay bonito del norte en pleno abril casi como si se hubiese alcanzado el ecuador mismo de la costera. Pleno abril, porque ya hace unas semanas que la especie se ha dejado ver por los establecimientos comerciales, tanto en grandes superficies como en negocios más al detalle. Y no parece ser el típico caso de fraude en el etiquetado. Al contrario, se ha visto a ese Thunnus alalunga vestido como Thunnus spp; así, en genérico, tal cual un básico de moda. ¿Y cómo es posible si los mariñanos no han sacado todavía a la virgen del Carmen en procesión?, que en Burela y Celeiro es lo que marca la cuenta atrás para el inicio de una costera que suele arrancar el miércoles siguiente, por eso de que el lunes hay que descansar el cuerpo de la fiesta y el martes -como decían también Los Sencillos en esa misma canción-, «martes -y trece- no te cases ni te embarques». Pues es posible porque ese bonito del norte llega del sur. De más abajo de las Azores, que es hasta donde van a buscarlo los boniteros gallegos en junio y que se tiene por punto de partida de una migración costera que suele acabar en octubre allá por Irlanda. La misma etiqueta informa de que se captura en la zona FAO 34, que viene a ser el Atlántico que baña las islas Canarias, Marruecos Madeira, Cabo Verde o el golfo de Guinea. Allí habitan «poboacións que quedan como residentes en inverno e primavera», que abandonan esa zona central oceánica cuando comienza a subir la temperatura del agua «e empeza a migración trófica da especie», explica Jaime Mejuto, investigador jefe del programa Pesquerías de Túnidos y Afines del Centro Oceanográfico de A Coruña.

El atún blanco convive con patudos (Thunnus obesus) sus cuarteles de invierno, de ahí que en un primer momento Mejuto pensase en una confusión trasladada al etiquetado. Máxime cuando en algunos locales la denominación comercial que emplean para traducir al público ese Thunus alalunga es bonito gordo -que, dicho sea de paso, no existe-. Pero descartadas esas sospechas iniciales, al igual que una hipotética procedencia de una captura accidental de los palangreros de superficie, el biólogo apunta a las capturas de las flotas artesanales del centro del Atlántico oriental. Así, Mejuto rememora las antiguas costeras que hace años -antes incluso que la canción de Los Sencillos- los barcos vascos realizaban en primavera con las islas Canarias como base de operaciones. «Antes de facer a do Cantábrico, os vascos pasaban unha temporada pescando na zona das Canarias e, de feito, alá por abril ou maio, xa de volta para empezar ao bocarte, descargaban no porto da Coruña», comenta el investigador del IEO. Pero no han sido los vascos, confirman desde la Federación de Cofradías de Guipúzcoa. Estos barcos no han vuelto a Canarias desde hace años, comentan.

Meras razones comerciales

La explicación está en que la flota artesanal canaria ha dado con una de esas zonas en las que las aguas están a entre 18 y 20 grados a las que el bonito del norte se repliega en invierno y sus cañas han pescado ejemplares para surtir a mercados locales y, de paso, enviar a la península. Así lo explican desde Pescados Ramón e Hijos, uno de los distribuidores del bonito del norte del sur. Desde esa empresa de comercialización de pescado explican que no se trata de una costera, ni de una pesquería pautada. «Los barcos salen a ver lo que hay y pescan lo que haya». Hace unas semanas lo que había era Thunnus alalunga. «Ahora ya no, ya no ha habido descargas».