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Agricultura sanciona con 5,3 millones a los implicados en la Sparrow 2

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

DAENK | EFE

Acusa a seis empresas y seis personas físicas de gestionar dos pesqueros pirata

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si en el cine segundas partes nunca fueron buenas, en la película de piratas ambientada en la pesca gallega, la secuela de la operación Sparrow, la Sparrow 2, también ha resultado de menor entidad que la primera. Menos protagonistas y menos recaudación, no por taquilla, sino por la cuantía de las sanciones económicas impuestas. El Ministerio de Agricultura y Pesca ha cerrado el expediente de la operación lanzada contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en inglés) imponiendo una multa de 5,3 millones de euros, que es la suma de las sanciones impuestas a seis empresas que el ministerio vincula a la actividad pirata y a otras tantas personas físicas ligadas a aquellas compañías. Tres veces menos que la impuesta a las siete sociedades y los siete armadores de la primera parte de la Sparrow, que fue de 17,8 millones de euros. 

La 2 se rodó los días 29, 29 y 30 de julio del 2015, cuando los inspectores del Ministerio de Agricultura, previa autorización judicial -aclara el departamento- inspeccionaron las sedes de varias empresas de las provincias de A Coruña y Pontevedra. En concreto, los escenarios fueron Ribeira, Vigo y Redondela. Las redadas permitieron recopilar abundante documentación, de cuyo análisis Agricultura ha podido constatar la existencia «de un entramado empresarial presuntamente dirigido a ocultar a las autoridades españolas la propiedad, gestión y explotación de los buques Viking y Seabull 22», ambos ampliamente conocidos por su implicación en la pesca ilegal y sus actividades ilícitas en aguas de la Antártida, en pos de la lucrativa merluza negra. 

Larga lista de «alias»

Viking y Seabull 22 era como figuraban los protagonistas de la película en la lista negra de la UE, pero uno y otro acumulan un largo listado de alias, pues cambiaban de nombre en un intento de obstaculizar la persecución de sus actividades, además de utilizar empresas interpuestas de distintas nacionalidades para esconder su propiedad. Al Viking se lo vio como Octopus I, Berbeer Snake, Pion, The Bird, Chu Lim, Yin Peng, Thor 33, Ulyses, Gale, South Boy o Piscis. El Seabull 22 también usó como nombres artísticos el Itziar II, Carmela, Gold Dragon, Goldel Sun, Notre Dame, Mare o Mare Serenitatis.

Ambos han terminado ya sus días gracias a la colaboración internacional, recuerda el ministerio. El Viking fue hundido por las autoridades indonesias frente a sus costas, mientras que el Seabull 22 fue desguazado en Cabo Verde

De la explotación de ambos buques se responsabiliza a seis empresas y otras tantas personas físicas, acusadas por Pesca de cometer varias infracciones prohibidas tanto a nivel nacional como en la legislación comunitaria e internacional. A las sanciones económicas impuestas se unen la inhabilitación para el ejercicio de actividades pesqueras, que van desde 5 a los 14 años, y la prohibición de obtener subvenciones y ayudas públicas, que varían de los 5 a los doce años.

Además, una de esas personas físicas ha sido multada con 60.000 euros por la obstrucción a las labores de inspección y destrucción de documentos.

Mano dura contra la pesca IUU

El Gobierno aduce que esta resolución da pruebas de la firme voluntad de España de luchar contra la pesca ilegal «mediante el control de los buques de bandera española, sus puertos y las importaciones de productos de la pesca procedentes de países terceros». También mediante el ejercicio de su responsabilidad sobre todos sus nacionales, sean personas físicas o jurídicas, evitando cualquier tipo de participación o apoyo a la pesca ilegal por parte de estos. Se remonta también a la resolución del expediente de la Sparrow, con multas por 17,8 millones de euros e inhabilitaciones de hasta 23 años para la pesca por la explotación de los buques Kunlun, Yongding, Sonhua y Tiantai

Una persona fue sancionada por tratar de destruir documentos durante las redadas