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Pesca no tocará el plan del Cantábrico, pero estudiará repartir cuota sobrante

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

El tope de anchoa al sur de Fisterra para todo el año se agota en solo siete días

21 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tenemos que defender al trabajador y al empresario, pero también tenemos que hacer cumplir las cuotas que nos impone la Unión Europea (...). Entiendo que estéis descontentos, pero no vamos a cambiar el reparto, salvo que nos obligue la Audiencia Nacional». El subdirector general de Acuerdos y Organizaciones Regionales de Pesca, Rafael Centenera, no tiene pelos en la lengua y este lunes fue así de claro ante los armadores del cerco gallego que acudir a la Facultad de Derecho de A Coruña para asistir a una jornada informativa sobre el sector organizada por la asociación de armadores de cerco de Galicia (Acerga).

Centenera descartaba así tocar el plan de gestión del caladero Cantábrico Noroeste -recurrido ante los tribunales- hasta que la Justicia diga lo contrario. Ese documento fue tumbado ya en dos ocasiones anteriores, pero por cuestiones de forma, y el responsable del ministerio deseó que la Audiencia entre esta vez en el fondo del texto «y si me dice que tengo que hacer uno nuevo, lo haré». Ese plan es el que tiene ahogada a la flota de cerco, fundamentalmente porque el reparto de cuotas se realizó a partir de capturas históricas que tienen amargados a los armadores.

De hecho, Centenera tuvo que escuchar los reproches de varios de ellos, víctimas de esa distribución rácana. Como los de David Simes, dueño del barco Marín de Bueu, con cuota cero de jurel, que sobrevive gracias a la solidaridad de sus compañeros de Acerga. La asociación gestiona de forma conjunta los topes individuales asignados por barco y los redistribuye entre los socios en función de sus necesidades. «Mi situación es la de muchos otros, dramática», resumió Simes.

«Ojalá fuerais todos millonarios»

El subdirector general de Organizaciones Regionales de Pesca aguantó estoico el chaparrón. «Ojalá fuerais todos multimillonarios», deseó, al tiempo que añadió: «Reconozco el esfuerzo brutal de la flota, pero el problema del cerco gallego es que su pilar se ha ido a la mierda, que es la sardina, le hemos dado caña como si fuera de goma, nos hemos cargado la gallina de los huevos de oro y ahora hay que recuperarla». El cerco se concentró durante años en esa pesquería, de ahí que apenas tenga capturas históricas de otras especies, como el jurel. Aunque el responsable del ministerio insistió en que «yo no puedo cambiar el reparto», se comprometió a «buscar fórmulas» para satisfacer al sector. Entre otras, la redistribución de los excedentes. Que los hay. De hecho, el año pasado quedaron en el caladero tres millones de kilos de jurel sin consumir entre arrastreros y cerqueros, salvo los de Acerga, a los que les hubiera venido de perlas arañar parte de esos excedentes, subrayó el representante de esta asociación, Andrés García.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, quien clausuró la sesión, también apostó por un «aproveitamento íntegro das cuotas» y reiteró que la aspiración de la Xunta, y también del Ministerio de Pesca, es que España dispongan de más posibilidades pesqueras.

Un ejemplo claro de la «desfeita» que supone el reparto de cuotas a partir de capturas históricas es la de la anchoa en la IXa (de Fisterra al golfo de Cádiz) para los gallegos: les toca el 1,14 % del total; el resto, para Andalucía. Bien, pues hace una semana se cerró la pesquería tras solo siete días de trabajo. Centenera dio como alternativa a Acerga que negocie con sus homólogos portugueses un intercambio de topes. «E imos intentalo», avanzó García. El año pasado sobrevivieron con un trasvase de anchoa de Andalucía.

Mucha flota para pocas cuotas

Centenera admitió que «cuando tienes que repartir una cuota exigua creas frustraciones en el sector». Y aseguró que hay demasiada flota para tan pocas capturas, es decir, que tienen que seguir desguazándose barcos, algo que dejó noqueados a los presentes en las jornadas. «Se sobra flota, que lle dean unha saída digna e que non nos arruinen», destacó Andrés García.