Armadores de Vigo defienden que los datos económicos reafirman a Galicia como dependiente de la pesca

Huelga decirle a un gallego que Galicia es altamente dependiente de la pesca. Y más aún explicárselo a un armador de Vigo. Sin embargo, esa es una catalogación que a día de hoy todavía no tiene la comunidad a ojos de Europa. La Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) ha difundido un informe en el que ofrece una herramienta científica, a su juicio idónea, para «visibilizar la dependencia social y económica de las actividades productivas en cada región en relación con la industria pesquera». Esto es, una calculadora perfecta de la dependencia de la pesca. 

Ese instrumento al que aluden son las tablas input-output de la pesca y la conserva gallega del 2011, elaboradas por la doctora en Economía Carmen García Negro y su equipo en la Universidade de Santiago. Esos datos económicos -también analizados en 1995 y 1999- revelan que la pesca gallega mantiene relaciones industriales con 74 de las 81 ramas identificadas en la economía de la comunidad. Y que su capacidad productiva no ha disminuido -pues ha sido capaz de mantener una oferta constante en línea con la demanda- a pesar de las importantes barreras al crecimiento que supusieron las reducciones de cuota. Eso es porque la pesca ha buscado en la importación aquellos productos de los que se veía privada en el mercado interior para después atender la demanda nacional y exportar tanto a la UE como a terceros países. 

Hasta la médula

Es más, «la pesca gallega es el sector económico exportador de la economía gallega». Porque tiene en su territorio base industrial que la sustenta, a diferencia de la industria del automóvil, por ejemplo, que depende de la planta francesa. «La pesca importa y exporta gracias a un rico tejido económico industrial y de servicios conectados y establecidos en la médula de toda la economía gallega».

Otra característica que destacan es que se trata de un sector económico innovador en sí mismo, porque «crea productos nuevos, inventa o crea bienes de mercado de recursos no utilizados en el mercado». Para muestra, ahí están todos los productos novedosos que se introducen fácilmente en un mercado «ávido de pescado gallego», y más si es «fresco y salvaje». 

Capacidad de simulación

Pero, además de como calculadora, Arvi ha visto la potencialidad de las tablas input-output para predecir el impacto de determinados cambios en el sector o para simular el efecto de medidas alternativas de política económica. Es decir, que ese modelo con el que García Negro y su equipo han demostrado que la pesca gallega es un sector industrial con amplia capacidad de arrastre es perfectamente válido para determinar, por ejemplo, cómo afectará al propio sector, a la industria auxiliar y a los abastecedores, así como en el resto de la economía, una hipotética subida del precio del combustible, del coste de la harina de pescado para la piscicultura o, incluso, la reducción de las cuotas de pesca. No es extraño entonces que Arvi pretenda que ese trabajo que ha permitido que la pesca gallega se conozca a sí misma, sirva de guía a académicos y políticos «que moldean su futuro en Europa». 

4.272 millones € 

Exportaciones. Es el valor de los productos pesqueros que Galicia mandó al exterior. El mercado interno invirtió 456 millones de euros.

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