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Quintana ficha en A Mariña el relevo del número dos de la Consellería do Mar

e. abuín / r. estévez REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ALBA PEREZ

Mercedes Rodríguez, hasta ahora gerente de la OPP Lugo, sustituye a Juan Maneiro

30 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuentan quienes se codean asiduamente con los de San Caetano que el ambiente dentro de la Consellería do Mar estaba enrarecido desde hace ya tiempo. Por eso cuando ayer, tras el Consello da Xunta, el presidente gallego dio cuenta del cese de Juan Maneiro Cadillo (Vilagarcía, 1958) como director xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica la sorpresa fue más por el retraso en tomar la decisión que por la resolución en sí. Porque en el sector fechan el fin del buen rollo y el inicio de las desavenencias en febrero del año pasado, cuando todo el sector pesquero, en una alianza sin precedentes, se manifestó en Santiago con el rechazo a la Lei de Acuicultura por excusa, pero que terminó haciendo aflorar todo el malestar que había soterrado tanto en la pesca extractiva, como en el marisqueo y en la rama principal de la acuicultura gallega: el cultivo de mejillón.

Y Maneiro, como alma mater de ese anteproyecto que catalizó las iras de todo el sector, quedó señalado. Más que nada porque él llevaba el timón, como secretario xeral de Mar, cuando Rosa Quintana, con la que empezó en el 2009, se dividía entre este departamento y el de Medio Rural. Así que el descontento caló hasta en el propio partido. De hecho, algunas fuentes aseguran que fue la presión interna en el PP de Pontevedra, descontento con su gestión, la que forzó la salida del director xeral de Pesca, que el pasado viernes ya informó a algunos representantes del sector de que su marcha era inminente.

Recciones dispares

En el sector, la reacción es bipolar: desde los que lo celebran por todo lo alto por su talante poco dialogante hasta los que lamentan la pérdida de una persona accesible, de trato excelente y con gran afán resolutivo. «Outra cousa é que a solución proposta gustase ou non», apunta Torcuato Teixeira, secretario xeral de Pescagalicia. Y a unos y a otros extraña que la reestructuración no haya sido más profunda.

Es más, en el sector creen que hasta los propios afectados están sorprendidos de haber sido refrendados en su cargo y, algunos, como Sergio López, secretario de la Federación Galega de Confrarías, lamenta que no se aprovechase los cambios para recuperar la antigua Dirección de Recursos, que tan pendiente estaba de la bajura. Desde Carril, otro de los avisperos que tuvo Maneiro, su patrón Santiago Villanueva, sostenía ayer que «fixo a súa función e o eliminan, pero sigue habendo a intención de sacar adiante a Lei de Acuicultura», al tiempo que lamentó que haya sido la única víctima de todo el equipo.

Entre lo político y lo profesional

Para relevar a Juan Maneiro, hombre de partido, el partido se ha ido hasta A Mariña, a pescar también entre los suyos. Mercedes Rodríguez Moreda (Foz, 1971), licenciada en Derecho por la Universidad de Santiago -fue premio extraordinario en 1994-, abogada por vocación y gerente desde 1999 de la Organización de Productores Pesqueros de Lugo (OPP-7 Lugo), ocupará a partir de hoy el despacho de Maneiro.

Cara bien conocida en el sector, muy pocos dudan de la capacidad y valía de Rodríguez Moreda, bregada durante 20 años en negociaciones comunitarias, comparecencias en la Eurocámara, reuniones en Madrid y foros autonómicos, siempre por cuestiones pesqueras. Así que es conoce lo que es el sector y los problemas que tiene. Destacan también su carácter abierto y colaborativo y su capacidad de trabajo, lo que la sitúa como la mujer de partido adecuada para encargarse de la pesca gallega, dado que encarna el punto medio entre un político y un profesional: «Unha representante», apuntaban ayer desde A Mariña. Puerto de Celeiro, por ejemplo, envió a Moreda sus felicitaciones y a Maneiro un reconocimiento a su trayectoria.

La única pega, la que suscriben desde la acuicultura, que recelan de su falta de experiencia en ese campo y de cómo resolverá esta asignatura pendiente, la que le ha costado el cargo a su antecesor.