Patrocinado porPatrocinado por

Una denuncia del pósito de Cabo originó la operación judicial contra el furtivismo

Javier Romero Doniz
javier romero RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

La cofradía se personará en la causa contra los diez acusados y pedirá cárcel para ellos

02 dic 2016 . Actualizado a las 07:57 h.

Hartos de encontrarse cada día con las playas arrasadas por los furtivos, la directiva de la cofradía de Cabo de Cruz (Boiro) decidió presentar una denuncia ante la Policía Autonómica. No fue su primera voz de alarma, pero esta vez la gota había colmado el vaso de su paciencia. Porque el rastro en la arena hablaba de que los ilegales utilizaban grandes rastrillos de madera con los que se llevaban por delante tanto el bivalvo adulto como la cría, convirtiendo los bancos marisqueros en un erial.

Pues esa denuncia, interpuesta el verano pasado, acaba de dar sus frutos en forma de una operación policial con diez personas imputadas y algunas de ellas detenidos, entre los que se encuentran furtivos y, al menos, una compradora. El operativo, además, ha destapado una presunta trama organizada con dos grupos organizados de Boiro y Noia especializados, al parecer, en esquilmar almeja en las concesiones de Cabo para venderla en Carril, (Vilagarcía). Además, la Policía Autonómica tomó testimonio a otras diez personas.

De hecho, el representante legal de la cofradía presentó el miércoles en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira -que instruye el sumario- el escrito para que el pósito se persone como acusación particular. Fuentes de la cofradía avanzaron que su intención no es solo que «todo el peso de la ley recaiga sobre los furtivos que actúan impunemente, sino también sobre los receptores que compran toda esa cantidad de marisco que estos grupos organizados se dedican a saquear, alterando gravemente el funcionamiento de la entidad y la economía de cada uno de sus asociados».

En este sentido, las mismas fuentes explicaron que su intención es pedir para los acusados penas de cárcel recogidas en el Código Penal tras su reforma del 2015. En la entidad de Cabo dejan incluso la puerta abierta a que las personas investigadas puedan ser acusadas de delitos contra la salud pública, si se demuestra que comercializaron marisco procedentes de playas cerradas a la extracción por la presencia de toxinas lipofílicas. 

Cabo, zona cero

Las playas de Boiro, especialmente las de Cabo de Cruz, llevan cuatro año encabezando el triste ránking de las zonas más azotadas por la lacra del furtivismo en Galicia. Ni siquiera la reforma del Código Penal, hace año y medio, que tipifica esa práctica como delito, ha conseguido menguar las incursiones de los ilegales. Ni tampoco pese al esfuerzo que están realizando los agentes de la policía autonómica, destacaron fuentes de la cofradía.

La operación que ha desmantelado la trama para robar almeja en los bancos de Cabo para venderla en Carril es la segunda mayor llevada a cabo hasta el momento por los agentes. La primera destapó una operación ilegal similar, pero con ramificaciones en la ría de Ferrol y en una depuradora de Cambados.