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La UE reduce a la mitad el tijeretazo a la cuota de besugo del Cantábrico

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

España exige a Bruselas ser «tremendamente flexible» con los descartes

15 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pintaban bastos para la flota, pero la Unión Europea acabó cediendo ayer a los ruegos del sector y accedió a limitar el tijeretazo a las cuotas de especies en aguas profundas para el 2017 y el 2018. Los 28 ministros de Agricultura y Pesca acordaron reducir a la mitad el recorte a la cuota de especies como el besugo del norte (-10 % cada año frente al -20 % propuesto por la Comisión Europea) y el besugo de aguas ibéricas (-5 % frente al -14 %), los stocks de mayor valor comercial para la flota española. La misma suerte correrá la brótola que pasó de rozar el -20 % a un moderado -11 %. Donde no hay cambio es en los totales admisibles de capturas (TAC) para el alfonsino, que se queda en el -5 % para el 2017 y en el 0 % en el 2018, tal y como pedía Bruselas. El recorte de cuota del sable negro oscilará entre el 15 y el 20 % cada año y tan solo se podrán pescar 10 toneladas anuales de tiburón de aguas profundas. 

De nuevo los ministros se agarraron al tradicional dicho de «podía haber sido peor», y eso que delegaciones como la española plantaron batalla. La ministra de Agricultura y Pesca, Isabel García Tejerina, aterrizó en Bruselas dispuesta a enarbolar por enésima vez la bandera de la sostenibilidad socioeconómica. Hizo suyas las quejas reiteradas del sector, que denuncia el ostracismo al que se ha relegado en Bruselas este criterio, para ellos tan importante como el medioambiental.

No en vano, la actividad económica de regiones como Galicia depende directa e indirectamente de la pesca. «No es posible hacer bajadas abruptas de las posibilidades de pesca de un año a otro, ni adoptar propuestas que condicionen la viabilidad de la flota pesquera», aseguró Tejerina, antes de mostrarse preocupada por la tendencia de la Comisión Europea de pasar la tijera sin miramientos a los stocks de especies de alto interés comercial para la flota española sin atender las demandas de los pescadores.

Es un aviso a navegantes. La parte más suculenta del pastel, las cuotas del Atlántico, se repartirán en el Consejo de diciembre y España teme un nuevo desastre. Bruselas anunció su intención de rebajar las posibilidades de pesca para especies como la merluza ibérica y el gallo, una propuesta «desilusionante» para la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que ayer recibió la felicitación de la ministra Tejerina por repetir en el cargo. «Compartimos objetivos para mejorar la rentabilidad de los pescadores y adoptar medidas en conjunto. El diálogo no puede ser más fluido», destacó la vallisoletana.

Negociar los descartes

Otro frente abierto es el de los descartes. La restrictiva política común de pesca (PCP), junto con el principio de precaución, la escasez de cuota y la obligación de desembarque están estrangulando a segmentos de la flota, obligados a descargar todas las capturas a pesar de los escasos márgenes flexibilidad con los que cuenta para amortiguar la captura de especies accesorias. Las excepciones incluidas en la gestión del mar del Norte no convencen a la delegación española, que cree que se trasladarán a futuros planes. «En los términos actuales, la propuesta puede derivar en el cierre de pesquerías accesorias y con ella la principal», denunció Tejerina en la mesa de ministros.

España pide a la Comisión Europea que revise la normativa para evitar la paralización de la flota. «Siempre hemos defendido la inviabilidad del sistema de descartes tal y como lo planteó el Ejecutivo comunitario. Le pedimos que sea tremendamente flexible en la aplicación de las excepciones», demandó.

Oceana insta a la flota a cumplir con la sostenibilidad para aumentar un 57 % sus capturas

Se nota que la UE calienta motores de cara a la cita de diciembre. No solo las capitales se preparan para negociar a cara de perro con la Comisión Europea las cuotas del 2017. La organización ambientalista Oceana también aprovechó el encuentro en Bruselas para volver a presionar al comisario Vella y a la flota europea con la publicación de un nuevo informe en el que defiende que la aplicación a rajatabla de las recomendaciones científicas llevaría a la flota a disponer de un 57 % más de capturas a medio plazo (5 millones de toneladas adicionales). Para la pesca de eglefino, bacalao del Mar del Norte, del mar Celta y la sardina del Cantábrico ese porcentaje alcanzaría el 300 %. 

El documento, en el que se analizan hasta 397 stocks, concluye que en el 85 % de los casos las pesquerías no están es un estado saludable y que solo en el 12 % se cumple la nueva política pesquera y el objetivo de sostenibilidad. «Ya es hora de que recuperemos la riqueza de los mares europeos. Más peces en el mar significa más empleo en el sector pesquero y más pescado nutritivo en el plato», defiende la organización antes de proponer una reducción más drástica del esfuerzo pesquero.

Las observaciones contradicen lo que viene defendiendo el sector desde hace mucho tiempo, que la mayoría de los stocks se encuentran en muy buen estado gracias a los planes de conservación aplicados. Es la conclusión que extraen tras observar la composición de sus capturas, que muchas veces difiere de lo que los informes científicos arrojan.