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Mar recrimina a Bruselas que sea más exigente que los científicos en su propuesta de cuotas para el 2017

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

Rosa Quintana no ha tenido reparos a la hora de calificar de «negativa e decepcionante» esta primera propuesta de la Comusión Europea

29 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No con estas mismas palabras, pero la Consellería do Mar ha venido a pedir «sentidiño» a los servicios técnicos de la Comisión Europea a la hora de asesorar a Karmenu Vella sobre las cuotas de pesca. Lo ha hecho al conocer la propuesta que el Ejecutivo comunitario plantea para el 2017.

En el departamento autonómico se han llevado las manos a la cabeza al leer el documento, en el que figuran recortes tan pronunciados como el del 36 % que se persigue para la merluza de aguas ibéricas o el 11,9 % el rape en el Gran Sol. Una propuesta que, evidentemente, se sustenta en una sola pata de la sostenibilidad y obvia las otras dos. De ahí que la conselleira de Mar en funciones, Rosa Quintana, haya salido al paso para recordar a la Comisión que a la hora de establecer los cupos se deben de tener en cuenta «os aspectos sociais, os económicos e os medioambientais». Y «ao mesmo nivel», detalle que a Bruselas siempre se le olvida, pese a que así lo recoge el reglamento de la política pesquera común (PCP), que «establece na mesma posición de igualdade» las tres vertientes de la sostenibilidad.

Quintana no ha tenido reparos a la hora de calificar de «negativa e decepcionante» esta primera propuesta de la Comisión Europea. Reprocha también al Ejecutivo que haya sido «moito máis esixente» que los propios científicos, cuya función, precisamente, es la de analizar el aspecto biológico de la pesquería.

La conselleira puso como ejemplo un supuesto sobre la merluza sur, la que se captura en el Cantábrico y en las aguas gallegas del Atlántico. Según dijo, si se aumenta el TAC un 10 % en lugar de mantenerlo se tardará más en alcanzar el rendimiento máximo sostenible (RMS) -nivel óptimo de capturas que puede extraerse de una población de peces cada año sin poner en peligro la supervivencia del stock-, pero «poderase manter ao sector pesqueiro activo». Es decir, que no es necesario llevar a la ruina a una flota por empeñarse en alcanzar el año que viene un objetivo que la misma política común de pesca sitúa dentro de cuatro ejercicios.

De todos modos, como esta es una primera propuesta que debe debatirse en el Consejo de Ministros de diciembre, no todo está perdido. Así, de cara a las negociaciones de los responsables de Pesca comunitarios, Quintana mostró su confianza en que el Gobierno central, con todos los datos disponibles, sea capaz de dar argumentos para mejorar la propuesta inicial.

El «teatrillo» de siempre

Es el «teatrillo» de siempre, como recuerdan desde Aetinape (Asociación Española de Titulados Náutico-Pesqueiros): «La Comisión amenaza con recortes apocalípticos, el sector empresarial simula un enorme enfado y la Administración se erige en heroica defensora», que al final «saca pecho» porque los recortes se mitigan y «consiguió que la herida no fuese tan profunda». Un espectáculo que sirve para despistar que «cada vez hay más importaciones, más productos de acuicultura y menos capturas».