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Los cefalopoderos fracasan en el intento de cambiar las paradas en Marruecos

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

RAMON LEIRO

Renuncian a insistir en que se les permita vender las capturas accesorias de pulpo

27 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota cefalopodera gallega -en este caso en su versión adaptada de arrastre demersal congelador- seguirá trabajando en Marruecos a trompicones: tres meses, sí; dos, no; dos y medio sí... Tampoco en la que ha sido la última revisión del protocolo, la semana pasada, han conseguido alterar un calendario de paradas que complica la operatividad de los buques gallegos con licencia para faenar en esas aguas africanas. La Administración pesquera marroquí impone un paro durante los meses de abril y mayo y otro que comienza el 15 de agosto y se extiende hasta el 15 de noviembre. Se trata, según apuntan desde el sector afectado, de una «medida política», que no responde a cuestiones biológicas ni a recomendaciones científicas sobre las especies que trabajan los antiguos cefalopoderos y que son la merluza, principalmente, y otros pescados de fondo.

La flota, agrupada en Anacef (Asociación Nacional de Buques Cefalopoderos), remarca que no está pidiendo una reducción del tiempo de parada, y mucho menos su supresión. «Preferimos ter que saír do caladoiro os cinco meses todos seguidos», apuntan desde el sector afectado. De esta manera, se ven obligados a trabajar enero, febrero y marzo en Marruecos, cambiar de aguas en abril y mayo, para volver al caladero marroquí en junio y salir de allí a mediados de agosto para no regresar hasta finales de año. Así es que de las cinco licencias que hay para congeladores de arrastre demersal, apenas se hayan empleado dos en el primer trimestre y una en el período estival.

Regreso inminente

Ahora bien, lo más probable es que a partir del día 15, cuando finalice el último paro biológico, se utilicen las cinco, dado que «xa non se está pescando ben en Bisáu», señala un armador. En las aguas guineanas estuvieron faenando la mayor parte del año los cefalopoderos que también tienen licencia para Marruecos. El pulpo -que sí están autorizados a pescar en Bisáu- se pescó «regular», pero se encontró mucho jurel, que vendieron tanto en África como en el mercado español. Fue por eso que las aguas marroquíes no estuvieron tan concurridas.

A lo que ya han renunciado los cefalopoderos es a que la comisión mixta revise la prohibición que afecta a la flota de no poder comercializar los pulpos, calamares y el marisco que capturan de forma accidental. «Xa tiramos a toalla», apuntan resignados.

Merluceros

Los que sí han salido bien parados de la última comisión mixta han sido los buques merluceros de fresco, también con base en Marín, ahora que se han simplificado las obligaciones relativas a ese 30 % que debe descargarse en puertos marroquíes. Las dos partes del acuerdo aclararon que la obligación se limita al desembarco, pues antes se interpretaba que, además, debían vender ese volumen de pescado en el país.