Un estudio de la USC promovido por la cofradía de Noia busca determinar los marcadores genéticos del bivalvo autóctono
13 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.¿Posee el berberecho gallego unas características genéticas que lo distingan del procedente de otras latitudes? ¿Tiene marcadores que permitan diferenciarlo de otras poblaciones similares? Responder a estas preguntas y a algunas otras, que pueden marcar un antes y un después en la comercialización de este bivalvo, es el origen de un estudio que, dirigido por Manuel Rey, realizará durante los dos próximos años el departamento de Biología Molecular de la Universidade de Santiago de Compostela y que promueve la Cofradía de Noia con el respaldo del Grupo Local de Acción Pesqueira Seo de Fisterra, Ría de Muros-Noia (GALP).
Solo el mayor productor de berberecho de Galicia, el pósito de Noia, podía capitanear un proyecto que, como señalan desde la entidad, persigue que el bivalvo autóctono pueda comercializarse «con selo de trazabilidade xenética controlada». Llegar a plantear la realización de este estudio, pendiente de que Mar dé luz verde a la financiación a través de las ayudas europeas, no es fruto de la inspiración de un día. La idea comenzó a fraguarse hace unos tres años y lo que se persigue es, ni más ni menos, que los consumidores no tengan dudas sobre la procedencia del berberecho que llega al mercado, al menos cuando sea gallego: «Hai información que confunde aos clientes», comentan desde la Cofradía de Noia. Desde luego, eso también implica estar plenamente convencido de las características del producto que se pone en el mercado.
Proyección internacional
Entre un amplio espectro de parámetros, los especialistas analizarán aspectos como la alimentación, las enfermedades o las características propias del medio en el que se crían y que favorecen que esos ejemplares del Cerastoderma edule, nombre científico, posean unas particularidades únicas y diferenciables. Es posible que su aspecto externo lo haga indistinguible de los capturados en el mar del Norte, pero que sí tenga unas cualidades intrínsecas que pueden venir dadas por los nutrientes o por la salinidad del agua.
Se trata de un proyecto a nivel internacional en el que, de entrada, también se analizarán muestras de bivalvo procedentes de Francia, Holanda e Irlanda.
De hecho, la iniciativa nace ya con un gran impulso, dado que ha sido seleccionada por la asistencia técnica de la red europea de grupos de desarrollo pesquero como ejemplo de I+D+i. La gerente del Grupo Local de Acción Pesqueira Seo de Fisterra, Ría de Muros-Noia, Manuela Oviedo, será la encargada de dar a conocer la propuesta de estudio y los objetivos que se persiguen en una sesión de trabajo que se celebrará la próxima semana en Grecia.
Otra de las características del trabajo que llevará a cabo la USC es, según explican desde la Cofradía de Noia, que está abierto a quien desee participar y que la certificación, una vez obtenida, deberá renovarse de forma periódica, lo que implica un examen constante y continuado.
Con la diferenciación genética será posible establecer un sello de calidad asociado al origen geográfico del producto. Esto, apuntan desde el GALP, «confire unha nova perspectiva ao sistema de trazabilidade para a valoración do produto, algo que se verá reflectido na etiquetaxe do produto final».
Seis entidades marisqueras de la comunidad participarán en el proyecto
El estudio sobre los marcadores genéticos del berberecho gallego implica, además de a la cofradía de Noia, a otras cinco entidades marisqueras de la comunidad gallega: la agrupación de Anllóns, y las cofradías de Barallobre, Cabo de Cruz, Muros y Espasante. Durante dos años, cada una de ellas aportará un par de muestras de unos treinta ejemplares cada una, que serán minuciosamente examinadas por el departamento de Biología Molecular, junto con las que provengan de otros países para encontrar aquello que distingue a lo foráneo de lo autóctono.
Que encontrar el rasgo diferencial del berberecho gallego no va a ser fácil lo saben hasta los propios promotores de la búsqueda. Sobre todo porque la especie es la misma y de lo que se trata es de demostrar que tiene unas condiciones diferentes precisamente por haber crecido en aguas de Galicia y no en otras latitudes. Un referente podrían ser los estudios que se han hecho con la almeja en el grupo de Ecología Costera (Ecocost) de la Universidade de Vigo, que en experimentos realizados en el estuario de Aveiro con ejemplares de las variedades japónica, fina y babosa, comprobaron que la especie que allí medra se había adaptado a la baja salinidad de aquella área, con gran aporte de agua dulce. Así, a pesar de la proximidad entre ese rincón de Portugal y las rías gallegas, los bivalvos al sur del Miño, sometidos a los niveles de salinidad que se dan en las rías, se registraban mortalidades del cien por cien.