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Galicia tira a la basura recursos marinos de gran valor en otros países

Espe Abuín A TOXA / LA VOZ

SOMOS MAR

En algunos casos, como el de la canaílla, el problema es encontrar distribuidor

10 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué pensaría un gallego si viese desechadas por los mariscadores en un contenedor de basura toneladas de caramuxo? Pues lo mismo que si un gaditano o un onubense avistasen los cientos de kilos de canaílla que los profesionales de O Grove tiran cada año después de una campaña de limpieza de sus bancos marisqueros. Y como la Bolinus brandaris, otras especies presentes en Galicia a las que no hacen ascos en Francia o en Portugal, por no viajar hasta latitudes más orientales en las que se cata sin reparo todo lo que provenga del mar, de la familia que sea.

La canaílla o cornecho fue uno de los ejemplos que el biólogo Jesús Fernández puso en el Foro dos Recursos Mariños de O Grove como merecedor de un plan experimental, esa figura que, en Galicia, actualmente solo se emplea para regular la captura de especies ya conocidas y explotadas pero con un arte diferente, caso de la extracción de navaja a flote con horquilla -instrumento reservado exclusivamente al marisqueo a pie-. La canaílla y el busano (Hexaplex trunculariopsis) son dos especies que ya se explotan como complementarias en la cofradía de O Grove. Son depredadores activos de moluscos bivalvos, por lo que suponen un problema para el marisco que sí tiene valor comercial en Galicia. Así que deben seguir retirándolo. A los grovenses no les importaría comercializar esos depredadores, pero se encuentran con que la producción es pequeña para que su distribución resulte rentable, con lo que se ven obligados a seguir tirando canaílla y busano al contenedor, si no consiguen seducir el paladar de los más próximos.

Desechar también se desecha la Crepidula fornicata, con amplia distribución en los bancos de la ría de Vigo, aunque presente en toda Galicia. Pero en este caso se desecha por ley, dado que figura con nombres y apellidos en el catálogo de especies invasoras, con lo que está prohibida su explotación, su comercialización o su transporte. Sin embargo, en Francia es muy conocida y demandada como berligot de mer. Y lo que no come lo exporta a Asia.

La exótica pepita del océano

Tampoco ha sabido apreciar el paladar gallego el gusto de la Crepipatella dilatata, una especie que procede de Sudamérica y que se desconoce cómo vino a asentarse en las rías de Arousa, Vigo y Pontevedra. Ni siquiera se ha atrevido a catarla, a pesar del sugerente nombre común con el que se la ha bautizado: pepitas del océano. Tiene las mismas posibilidades culinarias que la Crepidula fornicata, con la ventaja de que no figura en el catálogo de especies invasoras y, por tanto, es viable su explotación. Encima, estos años han sido espectaculares en producción, «non se sabe se porque foi un bo ano ou porque a especie exótica xa está adaptada», explicó Jesús Fernández.

Cambio climático

Si no se sabe cómo llegaron las pepitas del océano y se sospecha que la canaílla llegó asociada a la semilla de ostra que se sembró en Galicia, lo del camarón monegasco (Lysmata seticaudata) está más claro que es un efecto del cambio climático. Dieron con él los naseiros, que antes encontraban esporádicamente mezclado con el camarón y ahora aparece en mayor cantidad y con más frecuencia. Que puede tener posibilidades culinarias lo demuestra que una empresa de Portugal ya esté adentrándose en su cultivo.