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La descarga en Celeiro de arrastreros pelágicos galos enfurece a la flota

Mar García Balseiro
m. g. balseiro VIVEIRO / LA VOZ

SOMOS MAR

Pepa Losada

El sector lo considera «unha burla» porque pescan con artes prohibidas en España

16 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Van ya varios sábados que la pareja formada por los arrastreros franceses Vivaldi y Le Baron descarga sus capturas de bonito y pez espada en los muelles de Celeiro (Lugo). La presencia ayer de esos mismos barcos descargando en el puerto mariñano «sen control ningún, sen inspección, nin Gardia Civil», como lamenta la flota gallega, para enviarlos por carretera supuestamente con destino a conserveras vascas, provocó la ira del sector que faenaba en los cantiles del Cantábrico.

Los armadores no dudaron en abrir «unha guerra virtual» a través de las redes sociales para «desenmascarar piratas», incluso revelando con imágenes la posición de estos barcos. Dicen que la flota pelágica francesa e irlandesa ocasiona graves daños a arrastreros y boniteros. A los primeros, porque al pudrirse los descartes que realizan provoca que el pescado vivo desaparezca de esa zona; y a los segundos, por sus prácticas pesqueras abusivas, prohibidas para los españoles.

Desde alta mar, patrones de embarcaciones de A Mariña se hacían eco de una situación que consideran «unha burla». «Nas nosas augas pescan volanteiros franceses e arrastreiros portugueses, pero todos teñen que ter as mesmas armas. O que non pode ser é a utilización dun arte que nos está vedado a nós», señalan. En alguno de los casos ponen de relieve que son barcos con base en puertos franceses pero de armadores españoles. Recuerdan que la flota gallega solicitó dos años seguidos permiso para ir al bonito con arte pelágico «e non nos autorizaron para non prexudicar á cacea».

Acusan a los pelágicos galos e irlandeses de usar a la flota de Cantábrico como «señuelo». «O peixe atópano os da caña e estes persiguen á flota española. Como o bonito de menos de 7 quilos non leva prezo e non poden descargar atún rojo, tírano á auga, pudre, e nós non pescamos máis que esa podredume; o noso peixe de fondo escapa», señalaba el patrón de un arrastrero de Celeiro. La flota teme que «para o ano veñan tamén á xarda», con lo que supondría. «O noso caladoiro cheo de peixe en mans de portugueses e franceses e mentres España subvencionando desguaces», añadía.

Desde Agricultura explican que los servicios de inspección «están activados y en alerta para responder a cualquier incidencia o incumplimiento que se constate, tanto en puerto como en alta mar». Incluye un avión «para cubrir amplias zonas y fotografíar con precisión». Asimismo, señalan que la actividad de los arrastreros pelágicos franceses, actualmente cuatro parejas que están faenando al oeste de A Coruña, «es legal, pescan su cuota de atún blanco con un arte legal y en zona autorizada».

El precedente de los dos irlandeses expedientados en A Coruña

Las quejas del sector pesquero gallego por la presencia de arrastreros pelágicos de Francia, Irlanda y otros Estados miembros en los que ese arte cuenta con las bendiciones de sus Gobiernos no son de ahora. Gallegos, asturianos y vascos llevan años denunciando que estas embarcaciones extranjeras, que pueden emplear un aparejo prohibido para los de pabellón español, se aprovechan de su trabajo pues acuden a la zona en la que ellos faenan al curricán y lanzan sus redes de gran capacidad de extracción.

La diferencia entre otras costeras y esta es que en la que todavía está en vigor le ha ido tan mal a la flota gallega que las críticas han arreciado. El malestar ha sido tal, que ha provocado que el sector pidiese a las autoridades que inspeccionasen a los arrastreros pelágicos. Y así lo hicieron. Agricultura sometió a dos embarcaciones de pabellón irlandés a una revisión cuando entraron al puerto de A Coruña para descargar sus capturas. Los inspectores hallaron que, además de bonito y pez espada, para los que disponían autorización de pesca, llevaban unos 800 kilos de atún, especie que no tenían permitido pescar. Por lo demás, todo estaba en regla y perfectamente anotado.

Agricultura abrió expediente de infracción a ambos arrastreros y les permitió regresar al caladero después de que las armadoras abonasen una fianza.